Pa’ empezar el acceso es sólo con reservación, sino ni lo intenten. El cover es de 200 para ellos. Para los fanáticos de la vida nocturna, recordarán que este lugar antes fue el Villa Romana y antes de, estuvo instalado el Circus-Circus, lo de hoy funciona como Le Palais. La entrada se encuentra custodiada por un Johnny Bravor, lo cual implica de la cadena que hay sortear o zorrear –jajajaja. El decorador de interiores cambió el gramófono que señoreaba en los salones parisinos de los años treinta por tecnología de la más avanzada, para hacer que las noches del sur defeño brillaran con imágenes tridimensionales proyectadas en 360 grados por medio de un video maping colgado al centro del antro. El cuerpo se mueve involuntariamente a los ritmos del pop, Indie rock y electrónico al momento más prendido de la noche. Y bueno, algo que se me hizo súper curioso fue el mega duper hipper ultra opening para el desmadre, del que mejor no rebelo detalles para que disfrutes la sorpresa. El coctel de la casa es el Martini Le Palais, que es una combinación de Ron, Grand Marnier con kiwi, limón, azúcar, chile serrano, por $ 145 y es preparada por una escultural y bien escotada bartender.