Fonda Galería Japonesa

Primero lo primero: qué bonito les quedó el lugar. Pasé enfrente muchas veces antes de comer ahí y siempre me pareció encantador, sobre todo la terraza. Tal vez por eso, por lo estético que es el espacio, tenía expectativas muy altas de este restaurante.
El viernes pasado, invité a mi esposo a cenar ahí y la experiencia fue regular. De entrada, pedimos una ensalada de algas (deliciosa y con un sorprendente toque de fresas) y una sunomono (muy insípida, con muchos fideos y poco pepino y mariscos). Después, él pidió un rollo (muy pequeño, sólo seis piezas) y dos piezas de nigiri: una de salmón y una de atún. El pescado estaba fresco y el sushi estaba rico. Mi donburi de atún estuvo bueno, aunque no venía al caso tanta lechuga (me pareció que su único fin era decorativo).
Me comentaron que los noodles de aquí son muy buenos, así que tal vez un día me animé a regresar y probar éstos. Pero francamente, creo que es un lugar cuyo mérito está más en la decoración y menos en la cocina.

A este sitio vine dos veces en menos de 24 horas. Primero, una cena con demasiadas personas y demasiadas cuentas por separado sentados en una mesa del balcón de muy difícil acceso para los meseros. Si añadimos la pésima actitud de algunos de los ocupantes de la mesa… Imagínense, la fórmula para un desastre.
La segunda ocasión fue para comer con un grupo pequeño en el salón de la planta baja. Magníficos ocupantes con grado de dificultad 0.
En ambas, el servicio fue bueno. La comida, buena. Podría ser un poco mejor. Brevemente: los donburis de atún y de salmón bien hechos con bonita presentación. Los rollos también buenos. Mi oniguiri de chamoy estaba rico. La vajilla bien pensada para el lugar.
La decoración tiene elementos interesantes. La cocina abierta le da un toque padre al sitio. Cuadros con caligrafías japonesas. En las paredes del exterior hay unos «kois» enormes blanco y negro. En el segundo piso, tienen unos espejos que vale la pena ir a conocer. Ojalá jale más. Muy cerca de la estación metrobus Nuevo León.

Amante del atún pareciera que mi instinto me llevó hasta aquí. Desde fuera no sabes de qué se trata. Si es un restaurante o no, o qué tipo de comida venderán. Una vez entrando sabes que es comida japonesa. Los entablados de madera, el acomodo del mobiliario con una cierta armonía.
Viernes, por fin había terminado la semana. Nada más pensaba en una cerveza. Cerveza y dormir. Pero me trajeron la carta y tuve que pedir un sashimi. Buenísimo. Fresco. Cortado en un grueso adecuado.
Ya no quería comer algo más pero me recomendaron un postre: pastel de queso de tofu con helado de sésamo. Muy rico. Que acompañé con un sake caliente.

¿Conocen el Mog que esta en Álvaro Obregón en la roma? Este lugar súper hipster de comida oriental delicioso. Pues este nuevo restaurante es del mismo grupo. Pero tiene un giro diferente, con mucho más clase. En lugar de tener todas las mesas y sillas encimadas, consiguieron una casa gigante y muy coqueta en la condesa.
Tienen un menú enrome y buenísimo, es muy difícil decidir que es lo que vas a pedir. En mi opinión los caldos de fideo son lo que mejor les sale. Pero todos los rollos también son excelentes. Les recomiendo que pidan que los sienten en el piso de arriba, es mucho más bonito.