De los mejores fines de semana que este 2016 me ha regalado. A sólo 1:30hrs de la capital oaxaqueña se encuentra Capulalpam de Méndez un poblado incrustado en la sierra de Oaxaca, denominado pueblo mágico y en verdad que lo es. De las cosas que más me gustan es que te desconectas de la ciudad por qué no hay wifi. Yo solo vi un café y un local en la entrada que decía se renta red inalámbrica. Definitivamente el pueblito es para conocer caminando, ver sus casas llenas de color, su iglesia y su Mercado, pero necesitas ir con tiempo porque un fin de semana que vengas solo a descansar no te dará tiempo. OJO es sierra, es montaña yo soy muy friolenta así que anduve con chamarra de invierno ya que caíà la tarde, gorro y hasta guantes podrías ocupar, uno nunca sabe. Si no quieres quedarte en cabañas que están un poco alejadas del centro, puedes quedarte en un hotel. Ya quiero regresar con mi familia para pasar un rato agradable.
Fernando M.
Place rating: 5 Oaxaca, México
Este pueblo diminuto en medio de la sierra es un descubrimiento, dominado por una majestuosa iglesia del siglo XVI y una plazoleta con sabor provinciano entre callejuelas escarpadas y una vista notable de cerros boscosos. Es el primer Pueblo Mágico que tiene tal reconocimiento en Oaxaca y poco a poco está desarrollando una buena oferta turística. Lo más rico es recorrer sus calles y conocer sus rincones. Ser Pueblo Mágico también tiene sus inconvenientes. Las casitas pintadas de colores, la limpieza de sus calles y sus plazas remozadas lo hacen ver uniforme y muy parecido a otros puntos del país, como Mineral del Monte, en Hidalgo, o Bernal, en Querétaro. Son los saldos del afán turístico y escenográfico, pero detrás de la fachada hay un pueblo vivo, donde su gente busca adaptarse a su nueva vocación turística, sin perder sus tradiciones comunitarias. La fiesta patronal es el 21 de septiembre. Muy cerca del pueblo hay un parador turístico hermoso. A la orilla de un arroyo de aguas cristalinas, donde crían truchas, con juegos infantiles, rutas para hacer senderismo, paisajes espectaculares y un comedor comunitario que ofrece comida sencilla pero bien preparada y muy rica. Recomiendo las enmoladas y las diferentes opciones de platillos de trucha. El pueblo está como a una hora y media de la ciudad de Oaxaca, subiendo a la sierra norte. En Ixtlán de Juárez está la desviación. Vale mucho la pena el trayecto.