Capilla de la Expiación

Esta discreta capilla, no porque sea pequeña, se encuentra a unos pasos del majestuoso templo de Santo Domingo, y contrasta con éste por su sencillez. Habría reemplazado una de las capillas abiertas a las que llegaban los peregrinos en los prolegómenos de la Colonia. Lo más cierto es que que contiene en su interior un tesoro histórico y religioso: La escultura del Cristo de la Expiación –de ahí el nombre del templo – regalado por Carlos V a la Nueva España, según se precisa en una placa en el exterior del inmueble.
Es como uno de esos rincones olvidados del Centro Histórico, tal vez eclipsados por la grandeza y popularidad de otros monumentos religiosos. Pero bien vale la pena que lo conozcas cuando visites este barrio de antiguos escribanos, de los que por cierto quedan muy pocos, y de los famosos portales de impresores. Queda frente al Salón Madrid, concurrida cantina, y a una cuadra de la afamada Hostería Santo Domingo de los chiles en nogada.