Arena Coliseo

Ok c’est cliché mais voir une démonstration de Lucha Libre quand on est en voyage au Mexique c’est une expérience à vivre ! (juste une fois). C’est kitsch surtout avec les costumes, les masques, la mise en scèné etc. mais cela permet quand même de voir un aspect de la vie mexicaine. Le ticket se vend à partir de 2 € et vous pouvez quitter la salle quand vous le souhaitez. Donc aucune excuse, filez jeter un coup d’œil ! surtout que c’est quand même impressionnant ! Activité parfaite en début de soirée avant un bon resto ;)

* * * * * TOURISTS THIS PLACE ITS A MUST TO VISIT ON SUNDAY LATE AFTERNOONS /​/​DONT BE SCARED AWAY BY THE AREA OR ANYTHING LIKE THAT // * * * * *
I guess one of the things that earth knows mexico for its, lucha libre (professional wrestling). The arena coliseo its an icon and a place to enjoy some good afternoon lucha libre by yourself, with the family, the BF/​GF and best with friends this all by a fraction of money… it really isnt too expensive if you really into some wrestling. for about 200 pesos per person you will have a great time, bring your own treats, well something not too tacky and no bottled drinks, but well they sell some pricy snacks and beer inside too.
Place stills hangs there, really there is no commodities in this place, besides paying for floor level tickets where you will sit on an old wooden chair, everything seems to be as it could’ve been 60yrs ago, place could use a lil touch up, place still gets a good audience and on the 2^nd level area that has cement seating areas, it could get really cold on your bottoms, always bring and extra sweater or quilt if you are cold sensitive. I hope they would adapt some plastic seats to this cement seating area, something like what they did at the estadio azteca.
This place is primarily used for, Lucha libre, shows promoted by Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL) and served as the promotion’s main venue from 1943 until 1956, which therefore was replaced by the Arena mexico, this place also hosted major box matches. Place was built by Salvador Lutteroth, the father of lucha libre, after winning the mexican lottery, this guy was an icon really, he served the army on the revolution and always loving the showbuzz he started the lucha libre.
You will usally see the same luchadores mostly on all the shows, its rare when they get some varierity, like makes you think that there has to be more luchadores, but well for first timers its the greatest place on earth thou.

Gracias a esta Arena Coliseo existe la Arena México, debido a que la gente se quedaba fuera en las luchas de apuesta fue que se construyo está última con un mayor aforo.
La lucha libre empezó mucho antes, pero la Arena Coliseo fue quién ayudo a que se estableciera como una tradición en deporte y entretenimiento, es muy vieja, pero muy tradicional, es en forma de embudo, para que en cualquier lugar que uno se ubique pueda ver a esas personas, simples mortales que se convierten en héroes al menos por una día, al ser aplaudido u odiados por el publico: los luchadores.
Escondida dentro de las calles de la ciudad, quién la descubre, descubre no solo un lugar típico de la ciudad si no un lugar lleno de historias a olor de aceite de canela, a olor de materiales sintéticos de las máscaras, descubre folklor y descubre a la ciudad de México.

En la Arena Coliseo hay dos espectáculos. El primero ocurre arriba del ring, en donde los enmascarados se engarzan en sus llaves apretadas y se lanzan desde la tercera cuerda. Los rudos contra los técnicos, la máscara contra la cabellera, las espaldas contra la lona del cuadrilátero.
El segundo espectáculo está en las butacas. Lo más divertido de la lucha libre no es la lucha sino su público. Bastan dos tragos de cerveza y una bolsa de cacahuates para armar una fiesta en donde el ingenio se pone al servicio de los insultos. Así, las carcajadas y los vapuleos marcan el ritmo de las piruetas de los luchadores. Ridiculizar a los gladiadiores que no son de nuestra simpatía, de eso se trata todo. Arriba, en el ring no hay golpe que no esté calculado, las llaves son espectaculares pero inofensivas. No importa, aquí abajo encontraremos la forma de lastimarlos, de sobajarlos. Recuerda: un albur bien acomodado lastima más que cualquier martinete.

Si vas a hacer una cosa, sólo una cosa cuando visites la Ciudad de México, que sea visitar la Arena Coliseo. No es el lugar de nacimiento del espectáculo de la lucha (hay registros de circos ambulantes presentando enfrentamientos de algo similar a la lucha grecorromana mucho antes de que se construyera la Coliseo) pero es el lugar donde se coronó como uno de los entretenimientos indiscutibles de la sociedad mexicana. A pesar de que ha tenido una serie de altibajos durante su existencia (no hace tanto tiempo fue vista como pan y circo para las masas ignorantes) la lucha libre es parte fundamental de lo mexicano y del carácter chilango.
La Arena Coliseo ha visto nacer a varias leyendas de la lucha, muchos lo ven como el primer escalón para llegar a la grande, a la Arena México. El ambiente aquí es más gutural, estar en primeras filas es como estar en el ring.

Desde que era pequeña recuerdo que mi papá nos llevaba a mi hermano y a mi a las luchas, debo de confesar que solo me quedaba despierta un par de peleas y me dormía, pero disfrutaba ver a la gente gritar, por los rudos o los técnicos, por una mascará o una cabellera.
Ya de mayor en mis visitas, por supuesto que me quedaba despierta, me gusta sentir esa adrenalina que correo, no solo por los cuerpos de los luchadores, sino por las venas de la gente.
Lo que más me divierte es verlos gritar y enfurecerse con los luchadores contrarios, su rabia que les hace decir toda clase de improperios es lo que más me divierte y ver los golpes, los cuerpos volar, ya sea de las cuerdas o por los golpes que se dan es algo que se disfruta.

Santuario de la lucha libre en México. Aquí inició todo. Carlos Amorales hizo un performance que se grabó en video de unos luchadores. Después de haberlo visto recuerdo el boom de las lucha libre, el fenómeno fue tan rapido y tán exposivo que hizo llegar las luchas gringas a la televisión abierta en el país. De hecho fue ahí donde todo empezó, en el gabacho.
Lo anterior es un ejemplo de lo atractivo que resultó para la población del concepto y adaptación a suelo nacional de las luchas. Las máscaras tan famosas y ahora souvenirs de turistas fueron un sello característico que dio mucha tela de donde cortar al cine nacional y a la reciente producción y utilización de referentes de la lucha en producciones audiovisuales: series, películas, pero también cómics y otros objetos.
La Arena coliseo es el tempo de la lucha libre. Todos han pisado su lona en uno u otro momento, es una especie de bautismo. Sin duda al entrar al lugar se siente la emoción contenida de estar en un lugar de historia dentro de la cultura popular mexicana.

Es la arena de lucha libre más vieja de la ciudad pues su inauguración fue en el año de 1938. Entre sus cuerdas volaron leyendas como Santo, Blue Demon, Mil Máscaras, el Huracán Ramírez y en años recientes rudos como Último Guerrero y técnicos como el «mil por ciento guapo» Shocker, entretienen a los asistentes a esta joya histórica del centro.
En este recinto no podrás disfrutar las funciones más acrobáticas que por lo general se trasladan a la Arena México, pero el beneficio aquí es más vivencial porque estás más cerca de los luchadores, tanto que está prohibido a los menores ocupar las primeras filas, donde es frecuente que aterricen los luchadores aunque son tan profesionales que en las más de cincuenta funciones a las que he asistido no he visto que lastimen a nadie. El embudo de Perú 77, porque tiene forma como de panal cónico, está diseñado para casi interactuar con los luchadores porque solo un par de metros separan al cuadrilátero del público y hasta puedes echarles bronca si te atreves.