Cementerio de Chuburná

El cementerio del poblado de Chuburna, ahora la colonia donde llevo viviendo 3 años. Entre casas, comercios y un parque, se encuentra este antiguo lugar, que me imagino ha de estar lleno de historias y no sólo tumbas.
Jamás me he atrevido a entrar más allá de la puerta, ya que soy miedosa y no tendría movitvo para ir a visitar alguna tumba por aquí; pero por años he pasado por aquí tanto caminando como en auto y siempre me hace preguntarme si a la gente que vive por ahí no le da cosita estar tan cerca.
Las tumbas son super sencillas al igual que todo el cementerio, pero por suerte todo está bastante limpio y pintadito (al menos lo que he visto y ahora me reafirman las fotos que veo). Es un lugar chico y no me costaría trabajo creer que ya no hay lugares disponibles, aunque la verdad uno nunca sabe.
Amigos me han platicado que durante Día de Muertos (Hanal Pixán) la gente se reunen aquí a festejar a sus muertitos, y no lo dudaría ya que esta zona de la ciudad aún mantiene muchas tradiciones y costumbres de sus antepasados.

Esta es una prueba fehaciente de lo que es y fué Chuburná. Un cementerio tal cual en medio de la mera ciudad, entre parque, casas y locales comerciales,
Es pequeño pero siempre se ve cuidado y esta baldeado totalmente y enrejado y lo más peculiar es que colinda con una privada por detrás que se construyó recientemente, y que muchos clientes se rehusaron a adquirí su casa ahí por este motivo, llámale mieditis o por prudentes pero conozco a alguna de esta gente.
Si lo contemplas puedes percibir el respeto a la muerte y la manera en que la gente venera a sus muertos y se preocupa por proporcionarles un lugar digno y a donde acudir a rendirles pleitesía.
Obviamente es punto crucial para el hanal pixan y las múltiples procesiones religiosas que parten de la iglesia de Chuburná en los días santos, es un lugar muy pintoresco y esta lleno de lápidas, pero no las tradicionales, son en forma de casas y ahí se nota el esmero de las familias y parientes de los difuntos, la tradición y costumbres del pueblo que esta colonia fué hace algunos ayeres.
Por supuesto que ya no hay lugar y es otra cosa particular de estas tierras de Yucatán.

En medio del bullicio que marca la transitada calle 20 de Chuburná se puede encontrar un resquicio de paz y serenidad, donde los muertos descansan y los vivos los rememoran.
Es un pequeño cementerio, pero muy pintoresco, con una historia que se remonta a muchos años atrás, y aún ahora, en una zona de la ciudad en la que gente preserva sus tradiciones y prefiere enterrar a sus muertitos junto a sus familiares bajo lápidas coloridas.
Aquí no verán las grandes obras de arte que hay en el Panteón Florido, pero encontrarán muestras sinceras de cariño por los difuntos y esfuerzos enternecedores si bien modestos, de embellecer un lugar que para otras culturas sería lúgubre, pero que en nuestro sincretismo indígena e hispano se ha hecho casi acogedor.
El Cementerio de Chuburná es parada de procesiones religiosas durante la Semana Santa, y recibe la visita de muchos lugareños en Hanal Pixán (el Día de Muertos yucateco), que llegan a limpiar las tumbas y colocar flores para los fieles difuntos.