Cafetería Impala

De mis lugares favoritos de la ciudad para pasar el rato.
Al final de paseo de Montejo, en una esquina iluminada con tremendo letrero neon, se encuentra este clásico Yucateco.
Con unos meseros muy amables, menú bastante particular y precios un poco elevados, el Impala se ha convertido en toda una leyenda, y es que siempre es una opción perfecta para ir a cenar, por un café, postre, etc…
El lugar es tranquilo, perfecto para estar platicando por horas.
La comida es muy rica y las bebidas igual, les recomiendo el club sandwich que está como para compartir y un smoothie de frutas naturales ¡el de piña con un poco de chamoy es glorioso!

Mítico lugar, creo que la primera vez que fui fue con mis abuelo, bueno, el caso es que está estratégicamente ubicado al final del paseo de Montejo, es un lugar ameno y acogedor, ahí no se siente tanto el calor de Mérida por estar al aire libre y si hay frio ellos instalan unos calentadores que hacen muy bien su chamba.
Su principal carta de presentación son sus tortas cubanas con pan de caja, son enormes y deliciosas, un poco costosas pero valen la pena, además claro que tenía que costar si están en la zona más turística de la ciudad, en fin, me encanta.
Otra gran elección son las malteadas, o sea son lo mejor, hay de varios sabores y colores y todas tienen el mismo toque de la casa que hace que sean especiales. Si vienes a la ciudad es definitivamente un sitio a visitar, es un lugar especial y legendario compruébalo tú mismo.

Si has transitado en la noche por el Paseo Montejo te habrá resultado imposible ignorar este inconfundible negocio debido a su gran letrero de néón. Sin embargo Impala es mucho más que una llamativa cafetería al inicio de la avenida más emblemática de Mérida pues cenar aquí es todo una experiencia que vale la pena ser contada.
El café es muy bueno, mucho mejor que el que se sirve en otra famosa cafetería ubicada justo del lado opuesto de la calle. Los sándwiches son en verdad exquisitos, calentados al horno de piedra y servidos con papas fritas crujientes. Definitivamente el producto estrella del lugar son los platillos voladores, que como se menciona en otras reseñas son bocadillos tostados en forma de disco.
En cuestión de alimentos podría decirse que hay de todo lo que habitualmente hallas en una cafetería: frapés, malteadas, sopas, hamburguesas y por supuesto los sándwiches de diferentes especialidades y presentaciones.
La calidad de los alimentos es muy buena pero definitivamente lo que hace especial a este lugar es la atmósfera encantadora que se disfruta en la terraza debido a su ubicación tan privilegiada.

Que decir de la cafetería Impala. Es un icono de la ciudad, todo vecino de Mérida ha pasado por allá alguna vez o se ha tomado un cafecito o frappé aquí. Su terraza al principio del Paseo de Montejo es un escenario excelente para pasar las tardes sobretodo cuando pasa un poco de aire fresco.
El Impala es un punto de encuentro entre la gente de Mérida. ¿Dónde nos vemos? Y muchas veces la respuesta es «en el Impala». Grupos de amigos de todas las edades se citan aquí para contar los últimos chismes pero también se pueden ver grupos de turistas tomando el fresco en la agradable terraza. El Impala es sin lugar a dudas un punto de referencia de la ciudad de Mérida.

Justito enfrente de la glorietita del remate de paseo de Montejo este restaurancito reina. En realidad lo que reina es su letrero en luces de néón. Ese letrero es la esencia del Impala. El letrero, y los platillos voladores :3
No sé si los hay en otros lados, pero los platillos voladores en el Impala, son unos sándwiches circulares, que toman esa forma por la sandwichera extraterrestre en la que se hacen; la misma sandwichera les marca unas órbitas concéntricas que hacen que todos lus chamaquitus (y mi hermana mayor) los ordenen siempre, por su look de juguete.
Punto y aparte de los platillos voladores, la comida aquí me parece muy equisona. Calditos muy aguados y grasosos, hamburguesas bla, y así. A mí no me vuelve loca la comida (que además está carita), sino la situación: el rematito, los coches pasando, el people watching (busquen en Wikipedia), y el café :3
Un 8.8 sobre 10 para este lugar, que en fines de semana he visto abiertos como hasta la 1,2 de la madrugada, aunque los domingos puntualitos están en la mañana para atender a quienes vayan por la biciruta.

Nos vas a encontrar señor o señora yucateca que no idolatre el Café Impala. Yo hace unos días le preguntaba a mi madre si ella como yo gustaba de tomar un rico cafecito en este lugar que al parecer es un lugar casi casi de culto en la ciudad. La respuesta de mi madre fue: Por supuesto Gonzalo que no te acuerdas que te llevábamos por tu platillo volador cada semana? y bueno, les explico a quienes no sepan, el platillo volador es un tipo de sandwich que se hace en un molde que justamente da el aspecto de un platillo volador. Bueno el punto es que si, el Café Impala es realmente bueno tanto para aquellos que lo vivieron en otras épocas como aquellos que lo viven hoy en día.
Es un lugar donde siempre vas a ver gente, sus horarios son bastante amplios ya que abren desde el medio día y cierran hasta no mas de las 10:00 pm. Hay quienes van a desayunar, hay quienes van a ver caer la tarde nada más. Ya que el lugar se encuentra en el remate de Montejo y es bastante visible y recomendado por la gente que se dedica a la guía turística el lugar también está lleno de turistas.
El lugar ofrece cafés, panes, meriendas, malteadas y aguas frescas, un lugar defintiviamente muy agradable para pasar la tarde!

Nunca había llamado mi atención este lugar pero lo frecuenté un tiempo porque terminábamos muy tarde de trabajar y lo único abierto para cenar era esta famosa cafetería.
Está muy bien ubicada, frente al Remate de Montejo, y ha presenciado las distintas esculturas que han habitado la pequeña glorieta del Paseo de Montejo.
Su horario es vespertino, ignoro la exactitud, pero lo he visto abierto entre las 6 de la tarde y las 3 de la mañana.
Sus comidas no tienen algo en particular, aunque quizá en eso radica el gusto. La comida sabe a casa. El famoso sándwich club es en realidad un sándwich doble de jamón y queso con papas. El pan está tostado al punto ideal, y a esas horas de la madrugada cae muy bien.
¡Ah! También tienen un detalle muy rico, el helado de guanábana es delicioso, y siempre lo sirven con una galleta de oreo.

Siguiendo a través de la famosa avenida Paseo de Montejo, hasta llegar al Remate, entre todas esas hermosas construcciones que se alzan a los lados de la avenida, encontramos un café llenos de tradición, El Impala; es uno de esos negocios que tuvo la fortuna de tener una ubicación privilegiada, con dos referencias únicas, la avenida y el la glorita del remate de Paseo de Montejo.
El Impala es uno de esos lugares cuya popularidad trasciende generaciones y es la muestra de que la calidad y la tradición pueden ir de la mano con el desarrollo y las nuevas generaciones. Este café es popular entre jóvenes, adultos y personas mayores, y no es un casualidad, pues además de ofrecer excelentes productos, ofrece un ambiente abierto y pintoresco, propio de dicha zona dela ciudad.
Entre los productos que puedo recomendar está el frapé de Oreo, el brownie con helado, riquísimos y por supuesto el Sandwich Impala. El lugar es muy fácil de encontrar, sobre todo con el letrero con luces de néón y la silueta del impala, está muy limpio, es muy tranquilo, es ideal para pasar el rato con los amigos y para esa charla tranquila.
Este establecimiento no cuenta con estacionamiento, por lo que hay que arreglárselas para estacionar el carro en las cercanías, sin embargo esto no suele ser un problema. No dejes de visitar este café lleno de tradición, con un tranquilo ambiente y una atmósfera pintoresca.

El Paseo Montejo nos sorprende de día con sus hermosas casas coloniales de la alta clase de Mérida en épocas coloniales y en la noche es un paseo ideal para ir a degustar algunos de los restaurantes o cafés que nos ofrece este lugar.
Al final o inicio del Paseo Montejo esta la Cafetería Impala, un lugar de tradición entre los meridanos, donde ahí han ido los abuelos, papas y ahora sus hijos, son lugares con historia. Puedes venir a comer o tomarte un cafecito para relajarte del día mientras observas el lindo paseo de noche, que a mi gusto se ve mucho más impactante. Si el calor de Mérida te esta matando, tienen un rico frappé de limón que está para matar hasta la última gota de sudor. También podrás encontrar el tradicional champola de coco, que si no lo has hecho, este es un buen lugar.
Los precios son un poco más alto que en otros lados pero nada del otro mundo, pero estas en una de las calles más linda de la ciudad disfrutando la noche meridana.

Esta es una de las cafeterías más antiguas de la ciudad que aún funcionan, su fama evoca a que esta en uno de los puntos más importantes de la ciudad como es el remate de paseo montejo. Mis papás y abuelos siempre me contaban historias que se llevaron a cabo en esa cafetería y hacían énfasis en su sabor. Hasta que un día mi mamá me llevó a probar su famoso sanwich club y tomar una champola. Debo decir que su sabor es muy bueno, un sabor diferente y único.
Tienen combinaciones rara pero deliciosas, como una bebida a base de agua mineral y dos bolas de helado, si leíste bien, agua mineral y helado, para mi fue algo nuevo, diferente sin duda y con un sabor raro, rico, pero raro. También tienen coca-​cola con bolas de helado, una explosión de sabor no apta para diabéticos sin duda.
Lo más bonito del Impala es que al sentarte a disfrutar de la comida o de algún postre puedes admirar la belleza de paseo de montejo y parte del remate, así como parte de la vista del parque de santa Ana, a tan solo media cuadra de ahí.

Uno de esos lugares tradicionales en la ciudad, sin duda Café Impala.
Su ubicación permite disfrutar de la vista del inicio de Paseo Montejo, y su ambiente permite disfrutar de una buena charla, vayas con quien vayas. Su atmósfera nos hace creer que estamos en un café de los años 50, y ocasionalmente hay un tecladista para amenizar la noche con música en vivo.
Una especialidad de este lugar son los sandwiches, bastante ricos y llenadores, pero la especialidad de la casa son los famosos «platillos voladores», un sandwich en forma redonda que puede ser de jamón y queso, queso y champiñones, o jamón, queso y champiñones, acompañados de papas chips, aunque igual puedes ordenar papas a la francesa.
También se distinguen en la venta de bebidas, por lo que es un lugar perfecto para hacer pausa si andas de paseo y ya caminaste lo suficiente. Puedes disfrutar de un frappé de frutas o una champola (si no conoces el termino, son básicamente helado con leche), igual venden unas champolas con agua mineral, que aunque suene exótico no sabe tan bien como creen, o si lo prefieres puedes sólo pedir un postre y un café.

Esta es una tradición, y qué tradición. Aquí hay miles y miles de historias de nuestros papás y abuelos. Ubicado en el remate de Montejo, punto final de la avenida Paseo de Montejo, el Impala es el escenario perfecto para una cita, un desayuno, una cena con amigos o simplemente para recordar.
Aquí vas a poder pedir una variedad bastante coqueta de comida desde lo típico yucateco como panuchos y salbutes, caldo de pavo y cosas por el estilo, hasta las famosas tortas de pierna ENORMES y rebosantes de carne (se me hace agua la boca solo de pensarlo).
Solo para que se hagan una idea les enlistaré algunas cosas que vas a poder encontrar aquí: champolas (para los intolerantes, hay champola con leche deslactosada!!!), para los que les haya tocado, aquí venden los famosísimos y casi extintos platillos voladores (para los que no lo sepan, se llaman así por la forma que deja el molde en el que se tuestan los sándwiches), tortas de pierna, tortas de pavo, tortas especiales (monstruos), malteadas, cervezas, postres, sándwich club, pastas y la lista sigue.
En conclusión, tienen que ir y probarlo si no lo han hecho y si como yo ya fueron y se les antojó, pues ¿qué esperan?.

Deja que su despampanante letrero de néón te atraiga, no te vas a arrepentir de visitarlo. Ubicado al inicio de Paseo Montejo frente al Remate, con más de 50 años de antigüedad es la cafetería más tradicional de Mérida.
Este lugar es una excelente opción para salir a platicar tranquilo con los amigos mientras pruebas alguna de las delicias que hay en el menú. En lo particular, me gusta mucho ir con un grupo de 3 o 4 amigos para comer postres y que cada quien pida una cosa diferente para luego compartirlo entre todos y no quedarse con el antojo de probar lo que hay en el menú.
Mis postres favoritos son el frappé de oreo, banana Split y brownie con helado (muy recomendado cualquiera de los tres). Los precios son justos y los meseros eficientes. Si te llegarás a empalagar mucho, un vaso de agua no se le niega a nadie, no dudes pedirlo, corre a cuenta de la casa.

Hablar del café Impala, es recordar toda una vida de espacios para el relajamiento, la buena charla y sobre todo gozar de un atardecer desde la parte inicial del hermoso Paseo Montejo. Muchas generaciones han tenido al café Impala como su sitio preferido para tomar un buen cafecito, acompañado de un bocadillo ligero o disfrutar de una de sus sándwiches especiales. Es por ello que la larga vida de este sitio, manteniendo su ubicación en el mismo sitio por muchos años está ligado a la calidad de sus productos y su variado menú. El atractivo central de esta cafetería lo da su sabor casero, tanto en sus alimentos preparados con toda la frescura posible de sus ingredientes como su café de la casa, con aroma y sabor como si su abuelita lo hubiera preparado especialmente para Usted. El café Impala es un sitio para sentir que Salió de casa para tomar un refrigerio y llegó a casa para disfrutarlo con los buenos amigos.

Por mucho tiempo pensé que era un lugar en el que las generaciones más avanzadas de edad que la mía, iban a relajarse, sentarse hora a tomar café y platicar sobre otros tiempos. Esa fue la imagen que tenía de este lugar, hasta que fui a tomar café y a hablar de la vida en estos tiempos.
Digamos que este lugar es de los que en otros tiempos, tuvieron la oportunidad de tener un espacio privilegiado para el desarrollo del negocio, y aún hoy gozan de la fortuna de la propia ubicación. En el remate del Paseo de Montejo y con una vista muy pintoresca de la gente que pasa corriendo, paseando a sus perros, las calesas y los turistas. El Café Impala es uno de esos sitios a los que uno debe de ir nomás pa que no le digan y no le cuenten. La comida es rica, es decir como un parador o un comedor de platillos medios yuca, medios gringos pero adaptados, debo mencionar que no es un establecimiento con precios económicos, es en realidad un lujito (pero lo valgo) que no sería tan costeable sino fuera de vez en cuando.
El servicio en general es muy bueno, los meseros son muy atentos y los fines de semana hay un señor con su tecladito tocando los éxitos del momento, del momento en que él era un adolescente quiero decir, pero que uno disfruta al máximo. Es relajante y da la sensación de ser un lugar a esos a los que te llevaban de niño una vez al año. Un lugar lindo con buena comida, un poco cara pero con un servicio y atención que bien lo valen. Prueba el delicioso flotante, una inyección de diabetes en un vaso de coca cola con helado. No te arrepentirás.

Un lugar con la mejor vista de Mérida.
El impala es una cafetería estilo retro que nos hace sentir en una fuente de soda de los años 50’s, bueno, quizá exageré un poco, pero lo cierto es que tiene bastantes años existiendo en la ciudad, ha visto pasar muchas generaciones que la han convertido en un tradición.
En el menú se encuentra el famoso sándwich club, el cuál recomiendo muchísimo, acompañado del mejor licuado de choco milk, ¡es como cenar en casa!, esa atmósfera cálida y hogareña del lugar hacen que el tiempo simplemente se detenga. Ahora que si eres un poco extremo en cuanto a sabores, ahí podrás encontrar el dichoso «Flotante» que es un vaso de coca cola bien fría con una bola de helado de vainilla, que a mi parecer es un exceso, pero he conocido a mucha gente que lo disfruta, justamente porque les hace pensar en su niñez y en su hogar.
En cuanto a precio considero que es un poco caro, sin embargo la tradición y la calidad lo vale y lo convierten en uno de los lujitos que de vez en cuando me quiero dar.

Empezando el Paseo Montejo comienza el Mérida de abolengo, de tradición, ese majestuoso Mérida colonial. Es una de las calles más transitadas y aún así, al llegar, puedes imaginarte al Mérida de antaño con carruajes tirados por caballos. Lo óptimo es que después de recorrerlo por la tarde, disfrutes de esta vista en la terraza de la clásica Cafetería Impala, es parada obligada para cenar o mínimo echarte un smoothie, que están re buenos y si traes mucho calor, pídete un raspado, los de sandía son la onda. Los sándwiches están súper chonchos, mi favorito es el Súper Libre, en pan francés con pavo, cerdo, jamón y queso gouda, con pepitas y jalapeños, está como para calmar esa hambre feroz después de haber subido y bajado Mérida o te recomiendo que te aventures a los platilos típicos que son una delicia.
Abren hasta tarde, así que para el antojo de medianoche caen pero si de perlas.