Tianguis Carro Verde

Este mercados es de los más viejos y tradicionales de nuestra ciudad, en este mercado podrás encontrar lo más rico, barato y, sobretodo, variado en frutas, verduras, carnes, abarrotes, artesanías, figuras de barro, macetas, y sobretodo muchísima comida típica mexicana y de la región.
Desde que entras ves puestos de jugos, de viáticos, de frutas, de mariscos y pescados, de enchiladas, de tacos, de tortas, de birria, de menudo y de muchísimas cosas más. Si algún día tú quieres desayunar o venir a comer algún lugar bueno, bonito y barato, este es sin duda el lugar indicado.
Hace poco que lo remodelaron, a pesar de que ya es viejo se ha sabido mantener, el lugar es bastante limpio y los servicios que ofrecen los locatarios son bastante accesibles.
Para venir a desayunar o hacer despensa es ideal.

El tianguis del Carro Verde es toda una tradición en León, es muy famoso y de cierto modo fue uno de lo más prestigiosos o caros en algún tiempo en la ciudad.
Ahora, quizá la moda sea ir al Mercadito del Campestre los viernes, quizá la comparación se vale; lo que sí es cierto es que el Carro Verde sigue siendo un tianguis que oferta gran variedad de artículos pero quizá ya no tan caro como antes. Todos los miércoles se pone este tianguis desde la mañanita hasta la tarde, y aquí podemos encontrar puestos de frutas, de verdura, de carne y de pescado. También encontraremos lo relacionado a ropa, accesorios, lentes, calzado y tennis o ropa deportiva.
Puestos de comida, de macetas, de plantas, de carteras, de productos de belleza, de aretes, de bolsas, de chocomiles, jugos, ensaladas o tostadas con Juan «El Alcoholes», así que realmente si uno quiere venir, pues hay que traerse por lo menos unos doscientos pesos para no quedarnos con el antojo de algo que se nos atraviese.
Este tianguis de todos los miércoles se pone alrededor del Mercado del Carro Verde, por lo cual los autos hay que dajarlos en los estacionamientos que están cerca de las calles que rodean este mercado porque en este día no se podrá pasar. Y lo único que queda entonces es ¡disfrutar!