Draco

Conocí este lugar por un amigo de la universidad, ya que después de unos años fuimos compañeros de trabajo, así que cuando nos ibamos a echar platicada del trabajo (o sea, chisme) y demás asuntos, elegíamos un café.
Juan José Calixto fue quien me trajo por primera vez aquí, y la verdad creo que iba bien con la personalidad de mi amigo, ya que tiene un estilo ecléctico (de aquí y de allá) y puede ser agradable para algunos y para otros puede resultar locochón el DRACO; sin embargo, nadie duda de que este lugar es original.
Después volvimos a ir a DRACO con varios amigos ya que nos parecía auténtico y además uno se la pasa a gusto y relajado, creo que al final es lo que muchos buscamos. Sin duda, el plus que tiene este lugar es su vista. ¡Maravilla de paisaje o postal! Probablemente de noche no se distinga mucho pues sólo se ve la «Furia de la Ciudad» con tantos focos prendidos.
Quizá sólo por eso valdríà la pena venir a este lugar, para apreciar la vista que ofrece; pienso que sería agradable para personas que estén quedando, pues me parece que la vista también se presta para un momento romántico. En cuanto a precios me parece que son bastante accesibles para tomar algo y pedir una botana mientras se charla con los amigos.

Draco es un cafecito que se encuentra poco antes de llegar al mirador, se encuentra un poco oculto y pasa desapercibido por lo que para ir a este lugar casi siempre es por recomendación de alguien que lo visitó si no ni te das cuenta que existe
Conozco este lugar muy bien, queda de paso rumbo a mi casa y he ido en un par de ocasiones con amigos y en citas.
La comida y bebida es de lo más normal, no tiene algún sabor que los distinga, he probado el sangre de dragón y la verdad me ha dejado un poco decepcionado, sin embargo la bebida estaba «bien» sin ser nada del otro mundo, aunque por su nombre esperas algo un poco más rico.
Hay varias opciones para comer como nachos, papas, pastel, cafés etc. Creo que el menú podría ser mejor, comparado con otros cafecitos del centro, sin embargo cumple bien con lo que tienen.
Yo principalmente voy a este lugar cuando se trata de ir con alguien y mostrarle la vista que tiene el lugar, ¡ES HERMOSA! Al estar abajo del mirado tienes una vista privilegiada de la ciudad, especialmente de noche (aunque de día no esta tan mal) en la noche ves miles de luces que iluminan la ciudad, perfecto para una cita novedosa. Ese es su fuerte principal más que cualquier otra cosa.

Es un lugar con una arquitectura distinta, por fuera se ve bastante viejo, pero por dentro tiene mucha onda. Es lugar tiene un estilo gótico, no soy en lo personal de ese estilo, pero le agrado bastante.
Respecto de la comida, es un súper lugar por sus precios aquí entre nos, la comida no los va a sorprender es un tanto ordinaria, sabe bien pero no es magnífica. Pero los precios son súper buenos y hay bebidas muy locas, así que puedes pedir unas papitas y dedicarte mejor a probar las especialidades de bebidas.
El ambiente también están bueno, ponen mucho rock clásico, lo cual también me gusto mucho. La gran cualidad del lugar es que tienen un mirador hermoso, desde el que se puede apreciar la gran ciudad. Lo único es que siento que aún le pueden sacar más provecho a todo el lugar.

Este lugar, conocido como Café «El Barquito», tiene una arquitectura especial, única en la ciudad que hay que visitar para llevarse gratos recuerdos de León. Si se puede hacer justo al anochecer, ¡maravilloso!
Sí, es un barquito. La entrada muestra algunas esculturas entre plantas frondosas e iluminación dirigida. Suben las escaleras y hay una especie de mirador, con luces de manguera.
Es un piso más arriba donde se encuentra el cafecito. Me llamó la atención que las sillas no son iguales en las mesas, todo está fuera de lo común. Es un lugar desde donde podrán disfrutar una hermosa vista de la ciudad, pues se encuentra en un punto algo.
Ojo: «El Barquito» no se aprecia desde el bulevar Mariano Escobedo, pues se encuentra detrás de otra construcción, ¡no se desesperen al buscarlo!
Los platillos que venden son simples: papas a la francesa, cuernito, baguette, malteadas y café.
Hay una bebida especial que se llama «Sangre de Dragón», a base de refresco de toronja y granadina.
Las malteadas son fabulosas, hechas con helado y servidas con crema batida. La música es agradable y variada, desde pop noventero, Alan Parson’s Project, algunos danzones y hasta música de trío. Parece que dejan la playlist en modo aleatorio pero eso da una variedad deliciosa a la música.
Me gusta el concepto aunque en lo personal, yo pienso que tienen aún muchísimo potencial para explotar.

Es un café para relajarte ante la vista panorámica de la ciudad de noche. Un lugar fuera de lo usual pero las apariencias engañan, tienes que entrar para conocerlo. En su interior tiene un estilo gótico, pisos pulidos, asientos de madera rústicos. Algunas veces tiene eventos de música como soprano, jazz, rock. Puedes encontrar algunos entradas como nachos, wing, bagels, hamburguesas y papas francesas. Es un lugar donde puede platicar o simplemente un precopeo antes de salir de fiesta.
Debo admitir que cuando me hablarón del lugar no lo imagine así. Creo que el que lo diseño es amante de Tim Burton por que tiene todo el estilo tétrico, algo gótico y lejos del centro de la ciudad. Pareciese que se va a caer pero es bastante seguro, fue echo por un arquitecto quien también diseño el edificio de «La mandragola» en el centro. Regurlamente dan platicas de arquitectura.
Se de debe consumir 30 pesos mínimo o es un cover de 50 pesos.