Se trata de uno de esos médicos clásicos, de los que todavía te dan una paletita y su consultorio es cálido y lleno de libros y figurines del cuerpo humano y maquetas de vísceras. La atención es muy buena, el diagnóstico siempre acertado, y es que se trata de un médico con toda una vida de carrera, así que puede ayudarte igual con una gripa, anticonceptivos, infección estomacal, probleas de presión o hasta sugerirte un plan de alimentación. Además realiza cirugías menores, por ejemplo, operar la matriz de las uñas de los pies, y sanseacabó la típica uña enterrada del dedo gordo. En el edificio hay otros consultorios de especialidades diferentes y en la planta baja hay una farmacia de medicamentos de patente donde puedes surtir cualquier tipo de receta.