La Susana Internacional

A hole in the wall and far from the city center… but teally worth the trip. One of the great restaurants you should try in Mérida. Remember that the portions are quite big, one taco is like 3 portions. A big jar of Orchata is a must. Do not drink any alcohol the fruit juices are they way to go, save the drinking for another joint. The empanada of Queso de Bola is mandatory.

Recuerdo hace años cuando por primera vez visité Kanasín con mi familia, hace más de 10 años fácil y lo recuerdo perfectamente ya que su sabor y el gran tamaño de sus platillos se quedan grabados en tu paladar y en tu corazón cuando algo realmente te gusta.
Recuerdo que ese día llegamos, ya era de noche tipo 7pm y el lugar estaba llenísimo de gente aparte de que era sabado, pero rápidamente desde la entrada un mesero vestido de blanco muy amablemente nos saludo y nos ofreció una mesa. Pedí panuchos y salbutes y claro, este lugar es donde se vió nacer estos ricos antojitos con gran sabor e historia. Cosa que jamás en la vida dejaría de comer. Todo lo que se vende aquí es de gran tamaño y hasta te lo advierten en la entrada con un peculiar letrero.
La horchata de arroz con su toque de canela es hecha en casa, agua de cebada o de chaya son las predilectas para refrescar antes de iniciar la cenita de Dioses Mayas. Un manjar que siempre en cada oportunidad voy a recomendar ampliamente ya que su servicio es de clase mundial con tanta amabilidad mostrando la mejor cara del alma yucateca.

Esta es la meca de la cocina yucateca, y aquel que diga lo contrario es un hereje que merece morir. Bueno, la verdad no hay que llegar a los extremos, porque cuando comes en la Susana ya nada vuelve a ser como antes.
Todos sabemos que Kanasín es famoso por sus panuchos y salbutes, aquí en el pueblo se come bien, y si tienes el valor para superar la mala fama del rumbo, te premiamos con un sabor incomparable, el secreto de la gastronomía regional directo a tu plato. Y la Susana es el orgullo de todos los kanasineros, comenzó en los años 60 como un carrito en la calle, vendiendo panuchos y salbutes, y hoy en día es uno de los pilares de nuestro paladar.
¿Qué vas a encontrar? Un lugar pintoresco, de verdad: aunque en sus paredes y techos se exhiben adornos super folklóricos, no sientes que sea un montaje como en otros restaurantes con el mismo rubro. En algunas de las paredes, han pintado un cartel que dice: «Amigos que nos visitan: absténtangse de pedir demasiado, porque aquí se sirve bien».
Y así se resume la ética de la Susana: Aquí los panuchos son panuchos de verdad, casi cubren tu plato por entero, y tienen un cerro de carne molida o de pavo asado. Y de la sopa de lima, ni hablar: es una delicia, casi se da sus tiros con la que hace mi mamá, pero todos sabemos que jamás nadie derrotará a santa madre. Lo siento, Susana, pero es así. De todos modos, es una digna competidora, la sopa de lima tiene un sabor muy concentrado, no tiene nada que ver con los consomés de pollo con una rodaja de lima que te sirven en lugares de cuyo nombre no quiero acordarme.
¡Ahhh! ¡Cómo se me hace agua la boca al recordar los sabores de mi pueblo! No hay nada más hermoso que llegar a Kanasín y sonsacar a mi familia para que vayamos a la Susana. Una vez allí, es cuestión de pedir su sopita de lima, su panucho y su jarra de agua de chaya o de lima para disfrutar de la agradable compañía de mi tribu.

La Susana Internacional es un restaurante de comida típica ubicado en la ciudad de Kanasin y tiene un letrero sumamente peculiar en la entrada y también en varios lugares bien visibles al público que dice masomenos así: «Amigo visitante: absténgase de pedir mucho que aquí servimos bien».
Si eres muy valiente y no quieres que ningún letrero en la pared te diga que hacer puedes atreverte a pedir varias cosas del menú. Ándale… ¡te reto! Si eres muy comelón y te encanta quedar lleno hasta al punto de reventar, pues has llegado al lugar indicado para hacer sin remordimientos ni medidas.
Aquí puedes encontrar panuchos y salbutes que tienen el tamaño de un plato mediano y que tienen muchísima carne. Los puedes pedir de pavo, de relleno negro, de relleno blanco o del guiso típico que más te guste. También vende vaporcitos (tamales típicos de la región), caldos enormes de pavo, empanadotas de queso de bola, brazo de reina, taquitos dorados, cochinita pibil, queso relleno (el mejor que he probado hasta ahora) y muchas otras cosas deliciosas para degustar.
Además de todo, el restaurante en sí es toda una experiencia, desde la decoración de la fachada, todo el ambiente tradicional del interior del restaurante y hasta como están vestidos los meseros y meseras, te hace recordar a l Mérida colonia llena de tradiciones y mestizaje. El personal que atiende las mesas es muy agradable y siempre te advierte sobre lo bien servida de los platillos. Cuando voy a comer únicamente pido un panucho o salbute cuando no tengo tanta hambre o dos si me siento muy valiente, aunque a veces no me los puedo terminar. Una vez pedí una empanada y tuve que compartirla con mi cuñado porque estaba demasiado enorme.
Es una bonita experiencia, el ambiente es familiar y tradicional, los precios son moderados tomando en cuenta que terminas sumamente satisfecho y todo lo que he probado está muy rico. Lo que igual me encanta es que venden aguas de frutas de la temporada y la de guanábana está buenísima así como la de melón y mango. También tienen las típicas jamaica y horchata y también venden cerveza por si necesitas agarrar valor líquido para terminarte toda tu comida. ¡Tienes que probarlo!