Smoke Hog

Saliendo del trabajo llegamos a este lugar a sugerencia del editor en jefe. Hacía tiempo que no pasaba por ahí, así que me sorprendió ver el lugar. La iluminación es algo tenue y da un toque acogedor e íntimo. Las mesas son de madera con tablones para sentarse, como esas que encuentras en los parques y donde las familias hacen el picnic. La música no está nada mal. Rock y pop rock, principalmente. Recuerdo algo de Coldplay y Pearl Jam. Pero lo bueno: cerveza y comida. Las pintas cuestan 15 pesos y para comer tienen buena variedad de platillos (incluso salmón), pero lo que tienes que probar son las costillitas. Fueron mis favoritas de un gran plato que pedimos (tenía costillitas, salchicha alemana, papas en gajo, pan, elote y caritas) y lo sirven con un montón de aderezos. Lo primero que pensé fue que era como una olla pozolera partida a la mitad. Todo alcanzó para siete personas.
Me quedé con ganas de probar los chamorros, pero ya será en la próxima visita. Es un lugar muy recomendable si tienes ganas de darte un atracón carnívoro y tomar alguna buena cerveza (también venden artesanales).