«Vámonos donde nadie nos juzgue…» escribió uno de los mejores cantautores de nuestro bello país y lo plasmó en el folklore musical mexicano, y al son de las cuerdas del mariachi, José Alfredo Jiménez partió allá donde descansan los años y «no existen las clases sociales» al cementerio de Dolores Hidalgo. Y es este lugar del que les quiero platicar, porque dentro de él se encuentra el sepulcro de este gran personaje que en vida internacionalizó su música y a lo largo de la historia sus canciones han sido interpretadas por los mejores artistas. Su tumba es un monumento a su larga vida, pero sobre todo es un homenaje a la tradición que en vida forjó, un ostentoso y colorido sombrero de piedra es el cobijo de José Alfredo Jiménez, es cercado por un zarape de piedra que en conjunto armonizan y alegran el panteón de Dolores Hidalgo. Visita este mágico rincón fuera de lo común, hazle por unos instantes compañía, tararea una de sus canciones y bajo la sombra de un árbol contempla este bello monumento y ya de camino, visita este pueblo lleno de historia.