Mi cantina favorita. Aunque la botana no es la más rica el buen Miguel detrás de la barra se encargará de que la comida pase a segundo plano. Les recomiendo los jueves que hay chamorro. También les pueden llevar birria del local de enfrente.
Carmen T.
Place rating: 5 Roma Sur, México
Estúpido y maldito Mundo Raro. Ingenua yo. Me comporté desconfiada para ir al sitio y lo que sucede con la entrega de la confianza, carajo. Me dijeron que había unas fotos de José Alfredo, están bonitas, me dijeron. Sin embargo la realidad fue un knock out: ahí trabajó El Rey, lo dice una placa, hay fotos. ¿Y si fuera el Mundo Raro? el sitio mítico que permitió al hijo de Dolores Hidalgo encender su corazón y lanzarse por los caminos sin caballo blanco, pero con tequila, sarape y una enorme nostalgia que pesaba como una piedra sobre sus hombros. Hay que aguantarse las ganas de llorar, sentirse triste, enojado con los recuerdos, pasmado por el respeto, hay que beber tequila como lo hubiera hecho El hijo del Pueblo. Luego aparecen las botanas, tlacoyos, carnitas, caldo de camarón, res. No sé si lo peor o lo mejor es cuando se convierte en un sitio de paso de huapangueros, tríos norteños, mariachis que sintonizados por el espacio, las peticiones o las ganas de hacer salivar a los de las mesas, cantan como nunca y con todo las canciones de José Alfredo. Es un sitio que no es recomendado para ir solo, en especial si sufres de la hipersensibilidad a canciones como«Que te vaya bonito». Después de Garibaldi, aquí se puede llorar sin interrupciones por aquél o aquélla que«paga mal».
Luis Guillermo S.
Place rating: 4 Mexico City, México
Este lugar lo conocí gracias a una ex-novia que vivía cerca de la zona y gustaba de esos ambientes familiares, con un toque de alcohol. Esa ocasión estuvo marcada de un cierto aire romántico, ya que primero fuimos al Museo de Geología, unas vueltas al Kiosko Morisco, las empandas rusas y finalizar con un brindis de cerveza. Alejados en una esquina de la cantina, uno se deja llevar por el ambiente y se une a ella, mientras están los ñores que juegan a las cartas u otros que toman sus bebida en completa soledad. Todo esto sazonado con las fotos aún más de antaño con José Alfredo Jiménez, que ya cuando estás algo embriagado te pone nostálgico por una época que ni siquiera vivió uno. Si lo tuyo es la bebida, pero con ese ambiente clásico y nostálgico, sin dudar te recomendaríà la Cantina Salón París, donde el tiempo parece no suceder y que al salir te golpea la realidad.
Diana M.
Place rating: 4 Mexico City, México
La cantina Salón París, es una cantina familiar y tradicional de la Santa Maríà la Ribera. Sirven comida casera de muy buena calidad. Cambian el menú cada día, pero si les toca, les recomiendo el tlacoyo con salsa verde, los frijoles rancheros y el pollo con arroz rojo. Todo bien combinado con tortillas y un tequilita. Mientras disfrutas de la comida, la bebida y la plática; pasan diferentes grupos musicales que caminan por la calle, entran un rato a amenizar el salón y se van siguiendo su camino. Puedes disfrutar música de banda, sones y el mítico mariachi, que en esta cantina es tan importante porque fue en el Salón París donde empezó a cantar el gran José Alfredo Jiménez.
Adriana D.
Place rating: 4 Mexico City, México
Es una de las cantinas donde José Alfredo Jiménez se ponía sus guarapetas y componía sus canciones. De hecho le decían «el patrono de las cantinas» por su gusto al alcohol y la parranda. Si ya con esto no te convenciste, entonces lo tuyo tal vez no sean las cantinas. Está en el corazón de Santa Maríà la Ribera, a un paso del Kiosko Morisco, lo que le añade a la experiencia esa tradición bohemia mexicana. Al entrar la vista se va ajustando a la penumbra que caracteriza estos lugares. En las paredes encontrarás fotografías del José Alfredo Jiménez y en el centro una rocola con gran variedad de música. El ambiente es el de siempre: ese tiempo suspendido entre jugadores de dominó echando la ficha y quienes disfrutan el trago acompañado de las clásicas botanas de cantina, amenizado por la música de la rocola y la atención típica de los meseros que bien podrían ser los mismos de mediados del siglo pasado. En estos lugares el tiempo no pasa. Si prefieres saltarte la botana de la cantina, recomiendo llegar al Salón París después de haber comido una buena comida en el Kolobok, el restaurante ruso que está del otro lado del Kiosko.
Diego C.
Place rating: 4 Mexico City, México
Un día mis amigos y yo no teníamos ganas de ir al centro para visitar las cantinas de siempre, entonces nos quedamos en el rumbo buscando un buen lugar para chelear. Habíamos visto la París muchas veces en la esquina de Jaime Torres Bodet y Salvador Díaz Mirón en la Santa Maríà la Ribera, pero siempre tuvimos dudas sobre entrar porque nos parecía un lugar viejo con poca onda. Pero nuestra sorpresa fue grande pues se trata de una cantina con mucha tradición. Es uno de esos salones donde se puede tener un menú típico pero delicioso y cervezas frías y coctelería. El menú de botanas cambia cada tiempo, pero si tienes oportunidad no dejes de probar los chamorros. El ambiente es amenizado por una rocola con una buena selección musical y los meseros son muy atentos y serviciales. La decoración llama la atención pues hay un montón de imágenes de José Alfredo Jiménez, pues se dice que allí comenzó su carrera y de hecho trabajó un tiempo en esa cantina. Es ideal para la comida y el precopeo pues cierra más o menos temprano.