Churros

Take a taxi from the hotel zone to the best freshly made churros that 15 pesos can buy! It’s about a $ 20 cab fare. Well worth it!

Con la pena, pero eso de contar calorías a la hora del antojo, no va conmigo.
Este carrito de churros queda justo en la esquina de una de las avenidas más transitadas de Cancún y siempre que iba en auto lo veía, pero por X o por Y, justo cuando se me antojaba comprar, yo estaba dos carriles lejos de él y me quedaba con el antojo.
Lo que me gusta de este lugar es que me da la confianza de comerlos porque el señor que los despacha, siempre está impecable en su aspecto, además que el carrito lo tiene limpio y acondicionado a manera de que no quede nada expuesto.
He comido churros en otros lados, pero son chiclosos o el sabor es a pasta pasada o saben a grasa.
Estos no, estos crujen… Fffftssss! Se me hizo agua la boca.
Es más, mañana voy por unos, con el viento frío que hace ahorita en Cancún, se antojan sopeaditos con un Chocolate Abuelita al molinillo.¡Rico!

En una intersección de nuestra ciudad la cual es muy concurrida, a saber Av. La Luna con Av. Cancún, existe un puesto que lleva varios años ahí. Una buena noche recorriendo la ciudad en mi carro note una luz en aquella intersección que no prevenían de las farolas de alumbrado público.
Al percatarme de lo que sucedía, estaba un señor con una pequeña maquinita de churros y un foco que le alumbra el camino en penumbra. Un buen día decidí acercarme al lugar a corroborar el estrepito de la gente que me hablaba de los «churros».
Llegue, y simplemente me pregunto cuándo y si como los quería. Yo como buen mexicano quise la degustación clásica, y fue amor a primer probada. Una masa exquisita, un dulce perfectamente bien azucarado.
Hoy en día «Churros» es por excelencia el puesto al que uno pasa y desde el carro pide. El otro día probé una mezcla de churros bañados con chocolate herseys y leche lechera. Fue un ataque de glucosa que me puso muy feliz, puesto que la base, el churro en sí, su masa, sigue teniendo esa deliciosa consistencia.

No es raro, pero si de destacar que en una ciudad una esquina sea punto de venta de un personaje de mucho tiempo y sean populares a través del tiempo como Don José con sus famosos churros. Hace unos 20 años trabajó como Chef repostero en el hotel Meliá Cancún, es ya un hombre mayor y tiene por lo menos 5 años ininterrumpidos vendiendo sus churros en la esquina que forman dos importantes avenidas, Av. Cancún y Av. La Luna.
Algo de la historia de Don José, la se por un amigo muy cercano de la familia que trabajó en ese hotel en la misma época y fué quien me llevó por primera vez a esta esquina a comerlos.
Es un señor, respetado, querido y con una clientela que ha mantenido y mantendrá por todos los años que continúe vendiendo sus deliciosos churros; además de lo deliciosos que son, que les aseguro, he comido churros desde siempre, y recuerdo que de niño, solían llevarnos a comer los churros del Morro si no mal recuerdo el nombre; en las chocolaterías del eje Central Lázaro Cárdenas en el centro histórico de la Cd. De México y que son para mí los mejores del mundo. Pues este hombre me los hace recordar, de lo buenos que están.
Los hay bañados de chocolate, cajeta o leche condensada, o los tradicionales solo con azúcar y canela.
Su imagen es impecable con su delantal blanco y su gorro de chef.
No hay otros mejores en la ciudad y se los puedo asegurar, los he comido en lugares famosos de firmas de cadenas restauranteras, que se supone tienen maestría en cocina mexicana y que los churros deberían ser insuperables y no les llegan a los de Don José.
En el Parque de las Palapas, son buenos, pero las personas que los preparan no lucen tan impecables con este señor.

Este puestecito siempre me llamaba la atención; Primero, porque amo comer churros y plátanos fritos, segundo porque siempre que pasaba los coches se paraban o estacionaban para comprar y tercero… porque el chef está uniformado y eso se ve súper bien, aparte de que el puesto, a pesar del tamaño, está muy limpio.
En fin, aprovechando que estaba pasando cerca y que no estaba a dieta, le pedí a mi mamá ir… y PFFFF ¡WOW! El sabor es muy rico, no son muy largos, pero tienen buen tamaño y buen precio; hace poco pedí con chocolate y leche condensada y pues, para qué les cuento ¡BOMBA DE AZÚCAR POR MIL! Recomiendo en estos casos, compartir porque si no son dulceros, se van a empalagar, entonces aguas.
Los precios son accesibles y el único rollo es la estacionada, aunque lo bueno es que la atención es muy rápida y eficiente, entonces el problema es mínimo, así que si quieren darse un gusto en la tarde, o después de cenar, este es su lugar.

Churros prácticamente los podemos encontrar en cualquier esquina, ya hasta en los semáforos los encuentras, pero no como estos.
Estos son deliciosos, venden desde la pequeña bolsa hasta los que están bañados en jarabe de fresa, chocolate, cajeta y lechera. Aparte me gustaría comentarte que si utilizan material de calidad en cuestión de los jarabes (hershey’s y lechera) no imitación o algo parecido. Puedes hacer la combinación que gustes o elegir el sabor que quieras. Además tiene plátanos fritos, no sé pero la verdad yo cada vez que paso me quedo mirando como los hacen, obviamente no resisto la tentación y ahí voy a comprar unos. Las personas que atienden este pequeño negocio son muy agradables y siempre te dan muy buena atención. Si tienes oportunidad y estas por esta área pasa a comprar unos. No te vas a arrepentir son deliciosos, yo he tenido que regresar más de una vez por otra tanda.