¿Qué destacaría de este local? La amabilidad del camarero a la hora de preparar el café freddo y de indicarnos que el azúcar que se debía poner, era líquido y no el habitual molido. Y eso que no hablaba nada de español. Y aunque el trato fue muy correcto y el café freddo nos lo prepararon al momento, pagar 5’50 € por dos espressos y el café freddo en la barra, me parece un poco caro. Tampoco es que esté en una zona muy llamativa, pero tendré que compensarlo diciendo que mi hija casi se acaba el azúcar porque el café le pareció muy amargo. ¡Menos mal que fue ella la que tenía el antojo!