Pastamore

El mejor restaurante Italiano de Santiago. Mención especial para el carpaccio con huevo y empanadas saltenas. Tienen un problema con la patente de alcoholes pero entiendo se está solucionando. El dueño Ennio Carota de Master Chef que Ilumina el lugar. La decoración es sencilla pero acogedora. Un acierto. Estacionarse en la calle de atrás.

Uno de los buenos italianos de Santiago. Lamentablemente no venden alcohol, pero uno puede llevar su vino y te cobran el descorche.
Recomiendo unos fettucine con camarones y salsa bufara (salsa de tomate con distintos aliños).

Llegamos a Pastamore un martes en la noche y el restaurante estaba lleno. Es fundamental hacer reserva para que asegures tu mesa. Es un restaurante italiano donde la mayoría de los platos son pastas echas en el lugar cuesta elegir entre todas las preparaciones… Vale la pena resaltar que la pasta es fresca y los ingredientes de la mejor calidad.
Es un restaurante pequeño y con una agradable terraza. Tiene algunas mesas adecuadas para grupos de 7 o 8 personas por lo que se puede ir en familia, con amigos o en pareja. La decoración es interesante sin ser ostentosa, tiene varias referencias a la cultura italiana y la pasta. Vale la pena resaltar que cuenta con un mercado de productos italianos de buena calidad y razonable precio.
La atención es cercana y se nota que el objetivo es hacerte sentir en casa desde el dueño hasta el mesero estan preocupados por el servicio. Lamentablemente no pudimos lograr conversar con el Chef quien parecía muy apasionado con la cocina y un incansable conversador.
Pedimos una carne en salsa de vino tino con ñoquis y una pasta con champiñones y carne, los precios razonables en relación a la calidad. Ambos platos diferentes pero súper ricos. La carne estaba justo en el punto. La salsa de vino tinto de buen sabor pero un poco acida. El otro plato que se componía de pasta fresca con la salsa de champiñones y carne te recuerda un sabor mas casero pero delicioso.
El postre sin duda lo mas rico de la comida. Pedimos un crème brule repetible.

Un restaurante que había querido visitar hace mucho pero cuando fui lo encontré cerrado, pero ahora con la aparición de su dueño como jurado de MasterChef las ganas de probar la comida de este sitio resurgieron. Por está misma razón.
La verdad es que llegamos al sitio sin haberlo planeado nada y obviamente sin reserva… el camino del auto al restaurante estuvo lleno de preguntas cómo ¿será que hay mesas? ¿podremos comer? etc… ya que había una gran cantidad de autos en las proximidades. Al final logramos sentarnos en la última mesa que tenían disponible… tuvimos mucha suerte en en realidad. Para que se eviten eso les recomiendo hacer una reserva e ir a la fija, el local no es muy grande por lo cual se llena bastante rápido!
Después de ya estar sentados y mirar fijamente la carta con cara de no saber que elegir porque todo se veía muy rico, un buen rato logramos decidirnos y pedimos.
En general la atención es bastante buena los meseros se preocupan porque uno se sienta cómodo en el lugar… pero nuestro plato se demoro bastante en llegar afortunadamente el ambiente es bastante agradable. El dueño Ennio Carota estaba presente y andaba de mesa en mesa haciendo conversa con cada uno de los visitantes, pero lastimosamente con nosotros no… sera que teníamos algo? en verdad no se muy bien que paso ahí pero bueno. La comida dejo todo eso de lado ya que estaba muy buena, además con porciones grandes definitivamente buena relación calidad precio (platos entre $ 7.000 y $ 10.000 más o menos). Para sellar una noche de improviso perfecta pedimos un créeme brûlée delicioso acompañado de un rico café, un broche de oro.
Un sitio muy recomendable!