Este tranquilo y hermoso parque de la comuna de Ñuñoa es bien particular, cruza un sector residencial por dentro a través de varias cuadras, teniendo accesos en cada parte que lo cruza una calle. Es ideal para llevar a los niños y mascotas porque en su gran mayoría está rodeado por casa y enrejado, permitiendo la tranquilidad de olvidarse de los autos y accidente mayores. Esta ubicado en un sector muy tranquilo de la comuna y bastante seguro, como está entre medio de las casas no tiene niveles de ruido mayores y permite admirar la naturaleza con tranquilidad si te alejas de las entradas. Ideal para sacar a las mascotas a pasear, para ir a hacer picnic con amigos, para llevar a los niños a jugar, para entretener con algunos eventos como tocatas improvisadas y festivales comunales. Es bastante grande por lo que las distintas actividades que se realizan no molestan al resto ni tampoco a los vecinos. Un lugar agradable, cultural, natural y familiar.
Paula A.
Place rating: 5 Santiago de Chile, Chile
El parque Juan XXIII es mi área verde favorita, y es un punto importante en Ñuñoa. Es una zona grande, dividida en tres tramos: Desde Dublé Almeyda(detrás de la Casa de la Cultura de la comuna) hasta Eduardo Castillo Velasco; desde Eduardo Castillo Velasco hasta calle Los Almendros; desde Los Almendros hasta Doctor Agustín Andrade. Nuestro favorito es el tramo central –y digo nuestro, pues ha sido un espacio de tardes de domingo para mi hijo y para mí– donde hay columpios y unas esculturas de ballena, tortuga, jirafa y cocodrilo, donde los niños se encaraman y juegan. En el fin de semana hay bastante movimiento y colorido, con el paseo del carrito del vendedor de confites, vendedores de algodón de azúcar, itinerantes vendedores de hamburguesas de soya, de cocadas caseras, de artesanías… Incluso a veces se establecen pequeñas «ferias de las pulgas» particulares o actividades más grandes, organizadas por organizaciones locales. Si tienes suerte, puedes coincidir con alguna presentación artística o algún ensayo en el ágora que existe en el tramo contiguo a Agustín Andrade. Es un parque realmente recomendable: por su amplitud y el buen ambiente, se puede dormir una siesta, hacer un picnic familiar, llevar bicicletas, mascotas, celebrar cumpleaños y hacer ejercicio, porque también cuenta con máquinas para ello.
Mónica D.
Place rating: 4 Santiago de Chile, Chile
El Juan XXIII fue mi primer parque. En esa época estaba un poco distinto al parque que conocemos hoy pero lo principal sigue intacto. Iba con mis primos a andar en bicicleta cerca de la piscina gigante(ultra peligrosa, la taparon con tierra y ahora sólo tiene pasto) y nos quedábamos largo rato en la zona de los juegos infantiles entre Eduardo Castillo Velasco y Los Almendros, donde lo que más sorprende son los animales gigantes a los que te puedes subir con más o menos dificultad. Yo podía con la tortuga, el cocodrilo y la ballena. La jirafa fue siempre imposible, es que es taaaan tan larga. El parque tiene muchas áreas verdes y distintos juegos de espacios, además de la zona de los animales gigantes, hay una cuadra con antiguas piletas(igual de peligrosas, de hecho, una vez me caí en una de ellas en bicicleta y quedé entera machucada, ahora también están tapadas con tierra) que cuenta con un túnel vegetal tipo parrón de metal y enredaderas que genera un ambiente muy relajado y acogedor, ideal para pasear con las mascotas. El parque se encuentra completamente inserto en el barrio, de hecho los patios de las casas dan directo al parque, creando una continuidad entre los hogares y las áreas verdes que no he visto en otras partes. Es uno de los lugares más bonitos de Ñuñoa, que recoge lo más característico de la comuna: la vida de barrio y los enormes árboles frondosos.