La Tranquera

Aunque voy al italia tan frecuentemente, no sabía que había panadería allí.
Hoy por casualidad, como mi hija quería comer una helado, encontré la tranquera y compré un helado con balquilla.
Ella pidió un chocolate, me costó 1500 peso.
Sorprendetemente fue muy rico. Como me parecia que la tienda tenia historía y estilo muy chileno, esperaba el helado seía muy dulce.
Pero en el contrario no era así. Chocolate era muy rico, abundante, y poquito amargo como lo que me gustó. De encima, el tamaño es suficientemente grande que mi hija y yo para compartamos.
Como había mucho clientes esperaba sus turno, hoy compré solo helado.
Quiero probar unas empanadas y pasteles proxima visita.
Hoy hice paseo muy significativo.

Pasteles ricos, empanadas ricas y leche con fruta. Ir a La Tranquera es como ir a la casa de la abuelita más generosa del mundo (y seca para la cocina).
Ideal para ir el sábado y hacer un alto del paseo por barrio italia con alguna de sus delicias.
Entre mis favoritos, la leche con frambuesa tiene un lugar de privilegio especialmente para los días calurosos, donde heladita es lo mejor para quitar el hambre y refrescar. Ahora, si hablamos de hambre, los pasteles se llevan todas las flores. Lo que si, debo advertir que son tremendamente enjundiosos. Por ejemplo, un pastel de hoja y manjar puede llevar puré de lúcuma y pese a lo dulce y contundente, no puedes parar de comerlo hasta que se termina. Por eso, siempre pregunten antes de llegar y comprar a ciegas, si no, hay que hacerse cargo no más y comerse hasta la última miguita.
Obvio ¿no?

Si bien es inevitable andar por le barrio Italia y no pasar a comer las míticas empanadas de la tranquera, no se puede dejar de mencionar los helados artesanales que ahí se preparan, ideales para un día caluroso de verano.
Si estas de paso y lisa y llanamente fuiste a vitrinear al barrio Italia en un día de verano, acuérdate de este consejo y pasa por un helado de La Tranquera

Con más dCon más de 50 años de tradición, La Tranquera es famosa por sus productos, sobre todo sus empanadas. La de pino y la de champiñones son mortales, mis hijos prefieren la de camarones y la napolitana. Nos comemos dos cada uno y son de las grandes, pero son irresistibles.
Otro producto destacado son los chilenitos, los hacen muy ricos, generoso es el merengue y, al menos yo, me siento en la mejor pastelería de la Ligua.
Las colaciones están ricas también, siempre bien chileno, charquicán con huevo, me ha tocado pastel de choclo, cazuelas. Es bien bueno, nada de otro mundo, pero sí de Chile.
Me gusta que uno pueda ver la cocina desde afuera a través de ventanas grandes, todo luce impecable, los panaderos de blanco y todo ordenado, sin ser el lugar más lindo es, sin duda, de los más limpios.
Este barrio está lleno de cafecitos muy lindos y ricos, pero este apela totalmente a la tradición.

Lo ubicaba de nombre y había pasado varias veces por fuera. Pero hace unos días decidí cruzar el umbral de sus puertas automáticas para sorprenderme.
La Tranquera es un café en pleno Barrio Italia, que no sólo tiene un espacio para desayunar o tomar té, con una buena variedad de dulces chilenos y pastelería (yo probé el de tres leches y es como torta casera, rico, rico). También es un buen lugar para degustar postres: los tienen en versión mini ($ 900), lo que permite «comerse todos los postres» sin sentir tanta culpa.
Además de las cosas dulces, su especialidad son las empanadas: aparte de los clásicos de pino, queso y napolitana, las hay también de macha queso, champiñones, mechada y vegetarianas en varias opciones.
Tanto la pastelería, los dulces chilenos, los postrecitos y empanadas pueden pedirse para llevar. De hecho, mientras estuve en el local, vi que varias personas llegaban a buscar grandes pedidos, los que habían hecho por teléfono. Buena idea para un evento o celebración en la casa.