Conocí Culinary por sus cursos de extensión. Tomé uno de tapas y dips donde pasamos unas tres o cuatro horas en una clase mitad práctica mitad teórica preparando ingeniosos picoteos que íbamos acompañando con unas copas de vino. La experiencia fue muy entretenida, puedes probar lo que vas cocinando y tiene la gracias del feedback inmediato del chef que dicta la clase. Quedé entusiasmada con la modalidad, así que después tomé uno de cocina tailandesa, donde fuimos pasando por distintos platos calientes donde combinábamos los clásicos coco y curry con otros ingredientes como la salsa de otras y el vinagre de sésamo. La gracia de la clase es que el profesor te enseña a preparar reducciones, a mezclar los ingredientes en el momento correcto, todo en un ambiente ultra agradable. Lo recomiendo totalmente, además de pasar un buen momento(en vez de sólo salir a comer y tomar algo) te llevas contigo una nueva habilidad para lucirte cuando tengas invitados. Ganas por todos lados.