Es lo mejor que se puede encontrar al interior del Campus San Joaquín de la UC. Un ambiente cómodo, nada muy sofisticado. Normalmente hay profesores y alumnos de los últimos años de ingeniería. Se come muy bien y la atención es excelente, los precios son razonables, por lo que no hará un agujero en el bolsillo un almuerzo casual. Recomiendo la lasagna de Ají de Gallina, muy buena y el plato es grande.