Bicicletas Holanda

Tengo una bici montañesa aro 26 que me ha acompañado en todas, incluso ese día que aprendí a volar en una de las bajadas del cerro San Cristóbal. Yo quedé un poco mal porque me dio por aterrizar con la cara pero mi bici quedó peor. Uy, double fail. La bici tuvo la suerte de que la llevara al servicio técnico de Holanda al llegar a Nueva Providencia. Quedó como nueva, bien aceitadida, los cambios suavecitos, los rayos como nunca habían estado y los frenos ni largos ni cortos, en su justa medida.
En la tienda hay accesorios de seguridad y repuestos de todo tipo. A mí me ha funcionado súper bien la cámara con líquido verde fosforescente antipinchazos para la rueda trasera. Es una especie de ectoplasma verde que va por la parte interior de la cámara. Cuando la cámara se pincha, hay que seguir pedaleando y después rellenar con aire, en el intertanto, el ectoplasma se encargó de tapar el pinchazo. Pasa, a veces, que pinchas y ni te enteras.
El mecánico de bicis es muy meticuloso, trata las bicicletas con tanto o más cariño que los propios dueños. Cuando tengo que dejar la bici por varios días, sé que la dejo en buenos manos. Lo mismo con la señora del mesón, inmensamente preocupada y muy amable. Bicicletas Holandas es de plena confianza.