Ají Amarillo

Súper rica y sabrosa la comida, una vez que te llega el plato se acaba toda la conversación porque no puedes parar de comer, el problema es cuándo te llegará porque la cocina es muy lenta, las chicas que atienden amables y simpáticas, y la terraza muy rica con el sol de invierno. Tremenda sorpresa con los chicharrones de corvina, plato simple pero muuuy rico y el mouse de maracuyá también exquisito. Si vas ármate de paciencia y todo estará bien.

Conocí a este restaurant por un flyer que estaba en mi edificio sobre su delivery.
Cuando fui, probé por supuesto el ají de gallina, mi plato peruano favorito. A mi gusto, le falta un poco de cremosidad a la salsa, pero sin embargo el arroz (si, arroz blanco) estaba de lujo.
Destacaría que además de los platos de la carta, durante la semana cuenta con un menú de entrada, fondo y postre por cerca de 6 mil pesos.
Le di una segunda oportunidad al ají de gallina, esta vez con el delivery. Todo funcionó perfecto, no hubo ninguna demora, pero la textura era igual que la primera vez. Nuevamente, el arroz fue un hit.

Llegue al Ají amarillo por la recomendación de una amiga. Lo primero que me comento fue acerca del cava de sour (son alrededor de 70 variedades).
En términos generales es un buen restaurant, tiene un grato ambiente y excelente atención. Habitualmente su dueño se pasea por las mesas para saber si sus comensales están siendo bien atendidos.
El punto débil es que los platos no siempre presentan el mismo estándar de calidad.
Por otro lado el menú en promoción es muy pequeño.
A pesar de esto de todas maneras vale la pena visitarlo. Si lo hacen les recomiendo
probar la corvina Aji amarillo.

El Ají Amarillo tiene fama por su tremenda variedad de sours y ese carrito que está siempre afuera esperando que lo llamen para transportar sour a domicilio, una maravilla!
Generalmente voy para allá por el menú, por $ 6.000 apróx viene con entrada — regularmente ceviche, papa a la huancaína o alguna ensaladita chora– un fondo, y un postre del tipo duraznos en conserva, piñas en almíbar, etc.
La verdad es que el menú es bien irregular, a veces todo exquisito, a veces un ceviche pasado, o un fondo medio fome, pero hay un plato que nunca falla: el Lomo Saltado, he probado varios y debo decir que éste es uno de los mejores, perfectamente adobados trozos de lomo, cebolla morada y tomate sabrosos y las mejores papas fritas acompañando, por ese plato (única y exclusivamente ESE plato), volvería mil veces para allá.
El resto todo ok, la atención buena, mozo rápido y diligente, aún falta probar la carta antes de hacerse una idea completa del local.

Después de recorrer mucho rato la calle Antonio Varas, me decidí a entrar al Restaurante, pero no por las referencias, sino porque era el único lugar que estaba completo de clientela (al resto ni las moscas querían ingresar a llevarse los restos de comida).
Al abrir la carta, lo más impresionante es la amplia cava de sours que hay para degustar un aperitivo, punto importatísimo en un restautante de comida peruana. Luego, la impecable apariencia de los platos habla por sí mismo; por ejemplo, el Arroz con Mariscos que incluye ostiones, calamar y camarones, viene servido perfectamente en una cocha de ostra, presentación que no tiene nada que envidiarles a los lugares más lujosos de Santiago.
Una nota baja se gana la atención del Ají Amarillo, si bien el garzón atiende amablemente, la demora en la entrega de los platos y la poca preocupación por el personal, hacen que puedas pasar durante varios minutos tratando de conseguir su atención.