Complejo Al Rio

Esta reseña va a estar llena de odio porque estoy recontra enojada.
Te detesto, complejo al choto, volviste lamentable lo que iba a ser EL festival del año y no te lo voy a perdonar nunca.
Fui al Sonar a ver Hot Chip y a los Chemical que son dos bandas que amo casi desde que tengo uso de razón.
Primero: la organización es pésima. No hubo información sobre nada ni un dia antes de ir, en la puerta hay trapitos re ilegales que se esconden cuando pasa un patrullero y el acceso es molesto, no hay paso peatonal y tenes que estar esquivando los autos.
Por otro lado tienen el sistema de tokens para comprar comida y bebida, que por dios stop trying to make tokens happen, es este pais NO sirve, es hacer doble cola y tardas mil años mas. Compramos varios tickets para cerveza apenas llegamos asi ahorrabamos tiempo y no teniamos que comprar luego, quisimos comprar tambien para comer pero nos dijeron que la barra para pedir bebida era distinta a la de comida. Adivinen si mas tarde cuando fuimos a la supuesta barra de comida nos dijeron que en realidad era en la barra que habiamos comprado la cerveza. Adivinen.
Luego llegó el turno de ver a los Chemical. El Dj anterior, que daba pena los atrasó 1 HORA, solamente pusieron media pantalla para los visuales, que son la atracción principal del show, claro está. El sonido BAJISIMO, los que vamos a recitales seguidos ya sabemos que el volumen de música tiene que hacerte sentir como si te estuviera entrando la música en el pecho, suena medio goma pero es asi. Y acá no sucedió.
Los Chemical son increibles en vivo siempre y lamentablemente esas irregularidades hicieron que no se lucieran en todo su esplendor.
Inventaron unos supuestos vientos fuertes que jamás existieron para justificar lo inevitable: esto fue INCOMPETENCIA, señores. No se si algun dia volveran los Chemical o alguna otra banda que me encanta. Lo unico que se es que lo lamento, pero no quiero volver nunca mas.

Ayer fui al Complejo al Río de Vicente López en el marco del Sonar. Si bien la entrada la pague para ir a ver a Chemical Brothers y estuvieron muy bien, el festival en sí fue una cagada, y esperaba mucho mas. Porque digo esto? Por varias razones… en primer lugar porque, sabiendo la cantidad de entradas que venden, no puede ser que haya solo dos puestos para comprar tickets para tomar o comer algo. De creativo el festival no tuvo absolutamente nada. Tenías que canjear el dinero por tickets, que a su vez los canjeabas por una boleta escrita a mano y recién ahí te podías ir a buscar una latita de gaseosa. Colas de 1hr porque había dos cajeros por puesto. Ni hablar de tomarte un vaso de cerveza. Había tres zonas en las cuales podías consumir alcohol, abarrotadas de gente, no se podía transitar de lo chicas que eran. A eso de las 22:00hs (Chemical tocaba a las 22:30) no quedaban más aguas en el puerto del sector vip. De más está decir que, con el sistema pre histórico de los tickets, todo lo recaudado en puestos de comida y bebida era dinero en negro. Que tan difícil puede ser organizar bien algo? Cuanto les falta a estos organizadores modernos…

El lugar no es bueno. Te das cuenta desde el momento en que no aparece en google.
Es facil llegar pero no tiene accesos comodos. Tenes que caminar entre los autos, esta todo re mal señalizado y en general la organizacion es mala.
Fui a ver Chemical Brothers que se presentaban en el festival Sonar. Ellos, obviamente sonaron increible. Genialidad pura. Pero el lugar no estaba preparado o no estuvo bien organizado para ese tipo de show. Se escuchaba todo muy bajo, la disposicion del escenario fue pesima y para colmo la organizacion de comida y bebida fue deplorable.
Tendria que tocar alguien re groso o que me guste demasiado para que vuelva a ir. Pero iria solo por el show. El lugar y sus organizadores, una vergüenza.

La pésima calificación no tiene que ver tanto por el espacio físico sino por la horrible organización del Sonar 2015. Un papelón.
La diagramación del espacio en sí mismo fue lamentable. Para llegar de una zona de escenarios a la otra te hacían cruzar un camino largo que no tenía razón de ser –se podría haber acortado sin problema-​. Había sólo una barra por sector (2 en total) con un sistema de ticket primitivo y unas colas de 40 min mínimo. A las 22hs, ya no había agua para vender.
Nadie quiso hacerse cargo del caos que era eso. Ni hablar de lo peligroso que es quedarse sin agua en una fiesta electrónica.
Chemical Brothers estaba programado para las 22.30 y tardó una hora en empezar.
Hay que aprender y dejar de asistir a eventos patéticos como estos, con entradas carísimas y servicios que no cumplen con el nivel.
Un papelón para los Djs nacionales e internacionales tener que soportar semejante falta de respeto en organización, equipos y sonido de mala calidad.

The Chemical Brothers, una de mis bandas favoritas vino a Argentina por tercera vez a tocar. Del show de ellos no me puedo quejar, son grosos, el sonido es limpio, impecable y hacen un show increible.
Pero el lugar no esta preparado para algo asi. No tiene replicadores de sonido en el fondo, el audio se pierde en el espacio abierto. Sobre todo sabiendo que pasan aviones cada un par de minutos, deberian saber manejarlo.
La organizacion horrible. La entrada abria a las 17 horas y para las 20 cuando llegue no habia ni agua ni cerveza. De mas esta decir que en la caja te la cobraban igual y cuando pasaban a retirala te decian que no habia. Y no te daban otra cosa porque no era el mismo precio.
No habia filas para comprar bebidas o comidas bien armadas, la gente empujaba, no te dejaba pasar.
Es una pena, este espacio da para cosas increibles, lo unico que necesita un poco de amor.

Ya, de entrada, resentía un poco tener que ir al Complejo al Río porque era justo el mismo día de la fiesta del aniversario de
con Unilocal y no me pude ni siquiera anotar porque ya tenía comprada la entrada, así que fui con pocas expectativas y mucha amargura. Y debo decir que, con lo poco que esperaba, cumplió.
Lo malo: aunque la zona donde está ubicado el complejo no es el medio de la nada que temía, las indicaciones de los de seguridad para llegar al campo delantero implicaba tener que darle toda la vuelta al complejo en la semi oscuridad, que son como 800 metros, y eso está lejos de estar bueno.
El sonido deja bastante que desear, si vas para apreciar el rango vocal de un artista y terminás escuchando más bajos que otra cosa (no tenía banda en vivo) la verdad es que no rinde.
Los baños son de los químicos, y son un asco. Obviamente no hay luz dentro, y cuando fui estaban todos atiborrados de papel higiénico, sin agua, hechos un asco… y eso que fui antes de que empezara todo.
Pasan aviones bastante bajos por encima del complejo. Generalmente no es problema, a menos que justo sea durante una balada. Distrae, y es un poco molesto.
Hace mucho frío, mucho.
Lo bueno: como había mencionado, la zona para llegar hasta el lugar (ya sea usando el metrobus norte de Av Maipú o los transportes de Av del Libertador) está bien iluminada, limpia y parece bastante segura.
El estado del complejo está bastante bien, tiene buenas señalizaciones adentro para saber qué area es cuál, dónde están los baños, las carpas, los food trucks, etc.
El escenario y las pantallas están súper bien. Especialmente creo que las pantallas, una a cada lado del escenario y otra enorme detrás de éste, hacen que sea disfrutable desde cualquier área del complejo, pero quizás me equivoco.
Por más que la entrada dice no llevar dispositivos de grabación, no te revisan nada en la entrada, por lo que había un montón de gente con filmadoras y cámaras fotográficas.
Quizás parece que hay más cosas negativas que positivas, pero como me esperaba peor la verdad es que zafó bastante.

Odié el lugar. Fui a ver a Muse y la verdad es que se escuchó horrible. No se fue porque el complejo tiene una mala acústica o el sonido de la banda era malo (esto último lo dudo). La realidad es que la gente silbo y grito todo el tiempo por lo mal que se escuchaba.
Tal vez sean disposiciones municipales.
La accesibilidad del complejo es buena y es espacioso.
Habia pocos puestos para comer y el del noble repulgue era un robo: una empanada $ 35.
Pronto tengo que volver al Sonar y voy a rectificar o ratificar esta reseña.