Safyta Restó

Excelente la calidad de los platos, con una muy buena ambientación. El costo actual es lo que se abona en cualquier restaurante al plato; se pueden optar por shawarmas y tablas con comidas varias, entre varias opciones. El café a la turca es imperdible, junto a un buen poste dulce árabe. 100% recomendable para aquellos que busquen sabores de una cocina distinta, en un buen lugar y a un precio razonable.

Excelente restaurante con temática árabe ubicado en calle Italia al 1000.
Por supuesto te brinda sus delicias tradicionales: shawarma, empanadas, dedos árabes y mucho mas!
La comida es muy rica aunque las porciones son muy pequeñas.
El costo es elevado pero como es el único restaurante con esta temática la gente lo sigue eligiendo.
La atención es muy buena, realmente ello debo destacar, los chicos son muy amables y no tienen ningún inconveniente a la hora de explicarte que contiene un plato o bebida.
Los sábados hacen shows de odaliscas y tocan bandas haciendo música de dicha zona, imperdibles!
Y por si fuera poco dispones de un sector para probar fumar con narguile! Excelente!
No voy muy seguido justamente por su costo, pero cada vez que lo hago realmente paso una buena jornada!

Es un excelente negocio donde podes comer comida típica a buen precio, son accesibles, no por ser distinto se abusan. El lugar es acogedor, de tamaño pequeño, muy bien ambientado con mesas y sillas, como también sillones. Es limpio, la atención es muy buena y los postres son riquisimos también. El baño siempre esta impecable.
Los jueves hay show en vivo con baile de odaliscas, incluido en la noche, no es que se abona aparte para verlo. Por lo general no hay mucha gente y es tranquilo para aprovecharlo.
Su ubicación es ideal, en pleno centro, podes ir directamente o hacer tu reserva. Cuenta con un servicio de panadería autóctona, que si te gusto un plato que probaste, allí te lo preparan para que lo puedas disfrutar en la comodidad de tu hogar.
Durante toda la noche pasan vídeos y música árabe, que genera un muy bue contexto. Cuenta con un living donde podes fumar narguile con o sin tabaco y además tomar su café tradicional de la cultura.
Tenes que probar el conocido shawarma, ya que de los restaurantes de rosario es el mejor preparado y más rico, a un buen precio, al plato o envuelvo se puede degustar. También picadas, surtido de comidas para probar un poco de cada uno de los platos y ver que te gusta y que no,

Si querés comer comida árabe tradicional este lugar es ideal. Muy bien decorado y ambientado en el oriente este restaurante ofrece una carta amplia con los platos tipicos árabes, tanto salados como dulces. Las porciones son chicas, a la hora de pedir hay que tener en cuenta ese detalle. Las mesas son muy chiquitas por lo que se dificulta para cenar (son muchos platitos en muy poco espacio). Los precios super razonables.
En esta oportunidad pedimos empanadas de limón, queso y otras de tomate; kebbe al horno, cabab y shawarma de carne, todo viene con papas fritas. De postre baklawa y niditos de pistachos. Algunos días el restaurante contrata bailarinas que pasan por las mesas moviendo el vientre al ritmo de la música y con los vestuarios típicos del oriente. Para darte un gusto y salir de lo común es una buena opción. Nos trajeron café especiado, exquisito, invitación de la casa.
Luego de leer la reseña de Federico P no me dan ganas de volver, que el dueño no haya reaccionado o cambiado la vajilla es de terror! Gracias Federico P por la data.

Nunca más.
La primera y última vez que fuí a Safyta viví una historia como la de «Ratatouille», la película de Disney-​Pixar, claro, había algunas diferencias. La primera es que no había un ratón (uffff, dirán ustedes!) mmmm –digo yo-​, acá había una cucaracha, la segunda es que no era tan simpático como la película.
Paso a contar la historia.
Llego a Safyta con una amiga, ya que había escuchado hablar sobre este lugar y parecía que hacían justicia a los platos típicos árabes. En ese momento estaba casi vacío así que pudimos elegir donde sentarnos. Luego de mirar la carta que tenía una variedad interesante de platos, elijo Kebbe Naie (un plato de carne cruda picada, macerada con trigo y cebollas), Hemmo (puré de garbanzos con tahine), etc.
La mesa al lado nuestro estaba vacía en ese momento, pero todo el restaurant estaba con los servicios puestos, es decir, mantel, cubiertos, servilletas, copas etc.
Llega nuestra comida y empezamos a comer y es allí cuando «mi amiga Cuca» hace su aparición y comienza a pasearse de un lado para el otro, en la mesa vecina. De una servilleta para la otra, de un cubierto para el otro.
Al ver esto llamo a la moza y cuando se acerca le digo: –Adentro de esa servilleta (por la servilleta de la mesa de al lado) hay una cucaracha. Ella muy parsimoniosa, movió la servilleta, Cuca cae al piso, la moza la mata, y luego vuelve a la barra como si nada hubiera pasado, todo bajo la mirada del dueño (o encargado) que ni se asombró.
En mi mesa había carne cruda… ¿como seguir? uno en ese momento se re plantea hasta el sentido de su existencia! vale la pena seguir viviendo? si eso sucede afuera, que pasa en la cocina? No quiero ser melodramático pero «Oh mundo cruel, no quiero vivir!!!» jajaja.
Bueno, para hacer la historia corta pedimos la cuenta, la moza nos ofreció un café, invitación de la casa para pasar el mal trago (supongo que fue por el hecho de ver morir a mi amiga Cuca). Lo rechazamos y nos fuimos.
A Safyta no le voy a dar segundas chances, un error en la cocina puede pasar, entiendo que las plagas son un problema en los restaurants y vienen en los cajones de gaseosas, en las cajas de vinos y es complicado, pero ni siquiera mostrar sorpresa o cambiar el servicio de la mesa? yo vi a la gente comer con los mismos cubiertos por donde había caminado Cuca antes de morir! Eso es imperdonable! A Safyta no vuelvo.