Pasaje Poeta Fabricio Simeoni

Un pasaje que guarda consigo una magia extraordinaria.
Siempre que vengo bajando por Calle Mitre, por más que mí destino se encuentra a la izquierda, tomo este pasaje y disfruto cada momento en que mí cuerpo avanza. Porque me traslada, a otro lugar, a otra ciudad, a otra época. Y siempre encuentro nuevos detalles.
Está desgastado, tiene estructuras arquitectónicas muy viejas y mantenidas, y corre un aire diferente, casi espiritual.
También creo yo que tiene que ver el nombre que conlleva, y como se plasma esa leyenda en su umbral, ubicado en las paredes del bar Jekyll and Hyde. Me refiero a Fabricio Simeoni, un periodista y poeta muy reconocido en esta ciudad.
«La poesía es un ar (l)ma» dice la leyenda que da comienzo a este hermoso pasaje. Luego, seguir camino puede ser la entrada concreta y directa a una hermosa poesía de Mario Benedetti.

El pasaje Simeoni es poético. Poético como el mismísimo Fabricio Simeoni. Muchas veces lo vi, por ahí, por la noche de Rosario, por los bares. Y por acá, por el que antes era el pasaje Zabala, y ahora lleva su nombre. Porque era artista y este lugar es un lugar de artistas.
En la esquina de Mitre está Jekyll & Hide, un bar del under. Venden tragos, es medio antro y hay movida cultural, bandas y eso. Mozos internacionales súper copados por latino américa.
Llegando a a otra esquina esta el legendario Berlín, cuna del rock independiente en Rosario. Y en el medio hay dos bares. Uno parece sacado de la máquina del tiempo. Paredes revestidas de madera y hombres grandes mirando el partido. Era una postal lo que yo veía.
El otro es una parrilla, pero también, con un aspecto antiguo y de barrio.
Me encanta esta cuadra.

El cambiar el nombre de este hermoso pasaje fue uno de los homenajes más merecidos que se hicieron en la ciudad.
Este talentosísimo poeta y escritor de la ciudad transitó este pasaje innumerables veces, siendo un habitué del ciclo cultural de música y poemas llamado Ciclotimia el cual se realiza todos los martes en el bar Jekyll and Hyde.
Tuve la suerte de conocer y cruzarme con Fabricio varias veces y era un tipo que irradiaba sabiduría y buena onda a todo el mundo, su pérdida física fue un momento muy doloroso para toda la comunidad artística de la ciudad.
Por iniciativa de los organizadores de Ciclotimia y otras personas que conocían al escritor, se pudo dar el cambio del nombre del pasaje en cuestión de Zabala a Fabricio Simeoni. Sin dudas una gran acción recordatoria para este eximio artista rosarino.

Un virtuoso de la palabra, Fabricio Simeoni era un periodista y es un poeta y escritor local sumamente apreciado por los artistas de la ciudad.
«La poesía es un arma» dice una pintura abajo de una insigna de Acción Mutante, que bien lo simboliza, una persona armada en una silla de ruedas. Eso era este personaje, tenía un arma y era el lenguaje. Todos los martes se lo podía escuchar leyendo en Jekyll and Hyde, ubicado sobre este pasaje, donde también hay una parrilla de corte popular muy pintoresca, el mítico Berlín medio devenido mainstream hoy en día, y la Plaza Cooperación, coronada por un mural del inmenso Ricardo Carpani.
Esta cortada es muy pintoresca y atípica a lo que uno suele caminar por la ciudad en general, por el empedrado y porque desciende hacia el río, siempre hay mucho movimiento, a cualquier hora, es una cuadra muy estacionada por lo que siempre hay trapitos con los que charlar de algo, o algún punk medio perdido fisurado en la plaza.

Fabricio Simeoni fue un poeta, un escritor y un periodista muy talentoso. Todavía me acuerdo la cantidad de noches que lo crucé en el bar Luna siempre rodeado de muchos amigos.
Fabri fue un militante de la vida, nació con una enfermedad degenerativa que se llama AME, que es atrofia en la médula espinal, pero no fue ningún impedimento para brillar con toda intensidad. Fabri dió talleres en el IRAR (Instituto de Rehabilitación para Adolescentes de Rosario) y en la cárcel de mujeres. En ambos lugares dictó talleres de escritura, su labor sigue siendo my reconocida y un gran ejemplo.
En octubre del 2013, se fue su cuerpo a viajar por el más allá pero su alma y sus enseñanzas son inmortales y quedaron entre nosotros. Publicó varios libros de poesías y también algunos de narrativa. Si encuentran algún título de este genio por ahí, no duden en comprarlo, no se van a desilusionar.
Para rendirle su merecido homenaje el antiguo Pasaje Zabala se pasó a llamar Pasaje Poeta Fabricio Simeoni, el día de su inauguración hubo festejos, se leyeron poesías y se pintó un mural para que toda persona que pase por ahí, se encuentre un rato con él.

Este debe ser uno de los pasajes mas transitados de la ciudad, ya que sobre la vereda donde no estacionan los autos se encuentra el bar Jekyll & Hyde, Berlin y una concurrida parrilla, mientras que en frente está la plaza Cooperación donde se juntan muchos. Además el pasaje desemboca en el PAMI. Hay movimiento de día y de noche, y eso a mi me encanta.
Sin embargo, y eso que vivo cerca, no tenia ni la menor idea de como se llamaba hasta que le cambiaron el nombre. Ese día estaba volviendo a casa y vi mucho más movimiento que de costumbre, y resultó ser que estaban realizando el homenaje al poeta y periodista Pablo Simeoni, porque se cumplía un año de su fallecimiento. Había artistas plásticos, músicos y poetas realizando una exposición artística callejera con música y lectura de poesía, para acompañar el proyecto municipal de cambio de nombre del pasaje Zabala.
La elección de esa calle en particular para el homenaje no es casual, sino que tiene un claro fundamento empírico, histórico y teórico: ese rincón de la ciudad alberga varios bares, comedores y bodegones nocturnos donde el poeta Fabricio Simeoni urdía sus proyectos y escribía su obra.
Es un pasaje distinto a los demás, que tiene un «no se qué» especial. Si vas a visitarlo seguramente también vas a detectar su energía y encanto enseguida.