El Wonder

La ambientación es muy particular, con varios estilos, fuera de lo común, buena iluminación y una gran barra que se destaca en este lugar que de por si es pequeño, con pocas mesas y siempre esta lleno. Tienen mesitas en la vereda para equiparar el espacio reducido. Es un bar con buena música y toda la onda para ir con amigos en busca de tragos. Ideal para pasar un momento agradable, relajado y disfrutando la coctelería del lugar, que se destaca. Tienen tragos de todo tipo, tradicionales y de autor como los Gin Tonic, de albahaca, romero y yerba mate, entre otros. Para cumpleaños hay promociones en algunos tragos (2×1).
Respecto a la carta no es su fuerte la comida, hay tapas y platos varios pero las porciones son chicas y la comida no sorprende para nada.
Lo frecuentan grupos de amigos y parejas. La atención normal, podría mejorar.

Gastronomía pura. Platos cuidados hasta el mínimo detalle, ambiente de gente joven y música para amenizar e inspirarte en pasar un buen momento durante toda la noche.
La orden no tiene demora y la atención es muy buena. Es un bar con «mucha onda» e ideal para quienes viven en la zona y no tienen ganas de acostarse temprano en la semana.
Tiene una buena carta de tragos y diferentes promociones, febrero 2015, miércoles y jueves hay noche de «picadas», esto incluye la tabla para dos personas más una jarra de cerveza por 130 pesos. También, la opción de pizza free pagando solo la bebida.
Para después de la cena hay dos por uno en algunos tragos como mojitos y cuba libre.
El lugar cuenta con un lugar cerrado y mesas en la puerta.

El Wonder es un bar nuevo de la ciudad, pintoresco, lleno de personajes y donde si o si tenés que ir! Fuí un día que había quedado para cenar con dos amigos, llego y adentro estaba vacío, solo había una persona cenando en una mesa. Me siento y se acerca una moza, divina y me alcanza la carta, mientras pido algo para tomar, me enfoco en la otra persona que estaba sentada cenando, y lo veía comer con mucho gusto, se notaba que lo que estaba comiendo estaba riquísimo! así que de mesa a mesa le pregunto –Que buena pinta tiene eso, ¿está rico? y amablemente me contestó que sí, entonces le pregunte que era, y así se entabló una charla, y nos pusimos a hablar, a los 5 minutos la charla era tan interesante que le pregunte si estaba solo y me dijo que era el dueño del lugar! jajajaja se llamaba Gustavo! y obvio, le dije que se viniera a sentar a mi mesa! Esa noche pasamos toda la cena con Gustavo y estuvo fantástica, no porque él estuviera en la mesa, sino porque el lugar es genial! (resultó que mis amigos lo conocían) y yo me hice un amigo nuevo.
La cocina es pequeña, la carta también, tiene sandwiches y minutas, todo rápido! hay especiales del día, la barra es muy completa, así que a disfrutar del buen beber y los personajes que hay allí adentro son verdaderamente inolvidables!
También tiene mesas en la vereda, son la perla de Pichincha!
Recomendado 100%.