Vivo en pleno centro y los precios que manejan las verdulerías y fruterías que están en mi zona no son para nada económicos. Algunas tienen buenos productos, pero otras son realmente un desastre. Venden carísimo y cosas incomibles. Por eso, hace un tiempo, con mis amigas habíamos preparado un comando vegetariano y hacíamos lo siguiente: una vez cada dos semanas alguna de nosotras se tomaba el trabajo de ir hasta esta verdulería, que a ninguna nos queda para nada cerca,(Pellegrini y Gútemberg), y traía provisiones para todas. Repartíamos lo comprado y el costo, y era realmente un negocio redondo! El lugar es grande y tiene un amplísimo surtido de frutas y verduras de estación que pueden adquirirse con total confianza. La mayoría de las cosas se pueden elegir personalmente(punto a favor), y otras hay que solicitárselas a algún vendedor. El único inconveniente es que, para que la compra valga la pena, las promociones a veces son por varios kilos, porque trabajan tanto por mayor como por menor. También tienen envíos a domicilio, pero si estás muy lejos deja de ser una opción conveniente.
Jimena A.
Place rating: 3 Rosario, Argentina
La sucursal de calle Pellegrini de El Principe ha sido parada obligada, camino a casa, durante mucho tiempo. Esta verdulería, como las otras con este nombre que hay en la ciudad, tiene frutas y verduras a muy buen precio. En parte es autoservicio pero hay mercadería que se pide en «mostrador». El mostrador son tablones, tras los cuales unos cuantos despachantes atienden al público que en general es mucho. Sus carteles sobre la vereda promocionan los precios de las frutas o verduras de oferta. La verdad que a pesar de que la cantidad a veces resulte exagerada el precio igual conviene. La calidad depende mucho de qué compras, hay mercadería buena y la hay regular. En esta verdulería también comprábamos los cajones de berenjenas para hacer los escabeches con mi hermana, en un tiempo que tuvimos un emprendimiento culinario que nos llenó de satisfacciones y olor a vinagre y ajo. Hacia allá partíamos, no cualquier día sino los indicados por ellos. Es que mi hermana es una mujer muy carismática y logró esta especie de pacto no dicho que redundaba en precios rebajados. Y regresábamos con la materia prima para nuestras delicias.