Caminando por calle Mendoza, me topé con este llamativo local y cuando en la pizarra vi el Campari en promo con el jugo de naranja, se me antojó para tomarlo a la noche, así que entré. Empecé a hacer preguntas a uno de los que me atendió(creo que dueño) y me contó que habían abierto hace muy poco y que eran la primera bodega ecológica en Rosario. ¿Lo qué? Ecológica, sí, señorita que no sabe nada de vinos. Resulta que estos muchachos venden alimentos y vino orgánico, de bodegas conscientes que no usan conservantes. Y no sólo eso: el local está divinamente decorado con materiales y objetos reciclados, y además usan sólo luces led. Un caño(pero uno ecológico). Tienen bebidas importadas(alguna negra voy a ir a comprar) y alimentos importados(arroz, berenjenas, alcaparras, paprika, aceite de oliva y paro acá, porque no recuerdo). Los precios son muy buenos, por 30 o 40 pesos alguna bebida espirituosa te llevás. También me contó el bodeguero que tienen un club de cata y que cada tanto se puede ir a probar cositas ricas y vino. Me fui siendo tan ignorante en vinos como antes, pero volveré y conoceré más. Hoy con el Campari soy feliz.