Calle Thompson

La calle Thompson es la joya escondida del barrio de Arroyito. Rosario está repleta de balcones al río, casi todos cuentan con una concurrencia masiva, sin embargo, quedan algunos lugarcitos, medio aislados, que también son balcones al río, que poca gente conoce, y que tienen, por eso, un encanto especial.
Llegar hasta el balcón al río en cuestión no es muy difícil, el tema es que pocos saben que existe. Se llega por Iberlucea, una calle entechada por las ramas de los jacarandás. Viniendo por el Bv. Avellaneda, desde el centro, hay que tomar por Iberlucea para la derecha (siempre si venimos caminando, si no es contramano) y seguir unas cuadras hasta chocarse con el río.
Es un lugar tranquilo, de afortunadas casas con vista al Paraná, encajonado entre la planta potabilizadora de Aguas Santafesinas, el gimnasio de del club Naútico y la costa del Paraná. Por la mañana los únicos sonidos que se escuchan son los de los pájaros y el de la toma de agua de la planta.
No es un lugar para venir a hacer ejercicio, es pequeño, es más bien un lugar adecuado como para, digamos, reflexionar. Digno de una película de Woody Allen, lo mejor es llegar en bici, dejarla contra las barandas y sentarse en algunos de los pilotes a mirar el río en un clima de tranquilidad, con las islas enfrente y los veleros abajo, en la caleta de Náutico. Hay también unos viejos faroles que delatan la edad del callejón. Es un lugar indispensable.