Amelie Petit Cafe

Hermoso lugar al estilo de la película francesa «Amelie», un ambiente tranquilo y un poco romantico o femenido, con música relajante de fondo.
Tiene una muy buena oferta de pastelería y cafetería.
En fin, en el poco tiempo que lo conozco se volvió mi lugar preferido de almuerzos y meriendas.
Muy recomendable!

¡¡¡Amelie es un excelente cafetería para degustar uno de los más deliciosos cafés de la ciudad… un lugar diferente distinto con una ubicación privilegiada muy buena calidad de productos y atención !!!

Amelie es uno de esos lugares que descubrís y se vuelve tu lugar de cabecera para ir a tomar algo un Viernes por la tarde con una pareja o amig@s.
La asistencia de los dueños es excelente, muy amable, afectuoso y cordial. Eso sí, en días en los que suele haber mucha gente la cola será larga, la espera será molesta y la asistencia será lenta. Suelen tardar en traerte el pedido, pero yo lo racionalizo con ellos hacen todas las bebidas artesanalmente (las tortas son artesanales también, pero encargadas a 3ero).
Tiene una decoración muy femenina y característica del mundo sobre el cual se basa que es — como su nombre lo indica — el de Amelie Poulaine. Mucha vajilla símil francesa, mucha decoración naïf, mucho detalle super cute que te alegra la jornada.
En cuanto a comida, por lo que se destanca sobre todo son las tortas: nunca te vas a arrepentir de haber elegido ninguna. En especial recomiendo la de mousse cocida, o la de tres mousses (quizás necesites una buscapina después de ésta última — lo vale!!). En cuanto a las bebidas recomiendo el chocolate caliente Natalie con crema, la limonada y sus tés (comercializan la marca Inti Zen, que es característica por tener combinaciones exóticas y riquísimas)! No recomiendo los «selladitos», ya que es simplemente dos rodajas de pan lactal con jamon y queso, o sea. no. Denme un carlitos por dios, no son difíciles de hacer. Esa es mi única crítica sobre la comida del lugar.
DISCLAIMER: sí, puede ser que sea un lugar muy minitah.

Tal como en la pelicula francesa, al entrar a Amelie Petit Café sentís que ingresás a un pequeño mundo donde darte el gusto de disfrutar de los pequeños placeres es certero!
He ido varias veces a desayunar y merendar y siempre me voy con una sonrisa en la cara gracias al momento que pasé. Solo puedo opinar de estos momentos del día, porque todavía no he almorzado aquí, pero no creo que falte oportunidad.
El barcito te ofrece un ambiente cálido, romántico y muy tranquilo para que puedas tener un momento a solas, con amigos o en pareja.
Podés disfrutar de una gran variedad de bebidas como licuados o exprimidos, infusiones y distintos cafés. Además tienen una vitrina de tortas, tartas y cositas ricas para deleitarse. Es difícil elegir una. Siempre que fui probé tortas distintas y aún no decido cuál es mi preferida!
La atención es genial y siempre te ofrecen detalles en los pedidos que te hacen sentir especial.

Malísimo!!! El lugar amplio lleno de habitaciones con un montón de mesas pegadas de unas a otras !!! Tardan mucho en atender ni te digo en traerte el pedido!!! No recomiendo los tostados y por lo que vi mas allá q ellos se caracterizan por las tortas!!! Ni ellos las hacen!!! Vi como las bajaban de un auto!!! Mucha gente no se puede hablar y muy alejado de todo

Amelie es un lugar que conocí hace un tiempito y que desde entonces no dejé de elegir. Esta casa de café estilo parisina, con una decoración exquisita, todo demasiado prolijo, en colores pasteles, y haciendo hincapié en cada detalle, hace que uno pase una tarde diferente. Es ideal para ir a merendar con amigos o alguna pareja, todo es delicioso así que tienen un festín asegurado.
Sus tortas, postres y panificaciones en general, son una locura, realmente son exquisitas, uno tarda horas en decidir que pedir porque todo es rico. He probado las medialunas, la torta tipo cheeskake de frutos rojos, los alfajores y nada me ha decepcionado. Los jugos son mis preferidos también, el exprimido de naranja la rompe para acompañar estos postres. Los licuados también son muy ricos, pero al ser bastante potentes si los comes con torta quedas excesivamente lleno.
La atención es buena, las veces que he ido siempre muy bien, el problema del lugar es que al ser chico de espacio, si no haces reserva, seguramente tengas que esperar, ya que se volvió muy popular en la ciudad. Los precios son normalitos respecto a otros lugares con estas características, sin embargo son más caros que una promo merienda en algún café más de barrio, ya que tiene todo ese piripipi que está de moda.
Muy recomendado para ir a pasar una tarde a puro glamour y comida de excelente calidad.

Amèlie se debe llamar así por Amélie Poulain y es muy acertado porque el lookete del lugar es muy romántico y parisino, medio shabby chic y con colores y decoraciones mariconas. Muy buen gusto.
Pero es no es lo mejor del lugar para mí, tiene una pastelería exquisita groso. Cuando probé la «carrot cake» (Sí, de zanahorias es) medio se me aceleraron las pulsaciones, tenía un glassé riquísimo re suave. Se nota que está todo hecho con mucha pasión, posta, hasta en el más mínimo detalle se lucen, son muy lindas todas las cosas y nunca flaquearon con lo que pedí.
La vajilla es todo diferente y acorde a todo lo que nombre al principio. Si tienen pensado ir en hora pico reserven porque va mucha gente, por lo que si te gusta tranqui caete temprano.
La atención muy bien también. Nada malo para decir.

Un «Petit Café» al estilo parisino muy cerca del Monumento a la Bandera. Su decoración te maravillará si te gusta el ese estilo, con tazas de té especiales, mesas eclécticas, cuadritos… Para almorzar, tiene menúes frescos que incluyen vegetales. Para merendar abundan exquiciteces, delicatessens, tortas, muffins, brownies, budines, tés importados entre otra cosas. Desayunos y almuerzos ejecutivos y corporativos. Música relax, buena atención. Dejate llevar por la imaginación y sentite en París.

Amelie es un café de estilo parisino más romantico que se puede encontrar. Están en todos los detalles y hacen todo con mucho amor, y se nota. Siempre muchas tortas y postres están expuestas y son súper tentadoras.
Tienen menú ejecutivo durante la semana, casi siempre tartas o ensaladas. Está ubicado en pleno centro rosarino, pero justo en una esquina muuuuy tranquila, de modo que uno se relaja y puede disfrutar cien porciento de la experiencia.
Un lugar que recomiendo muchísimo si se quiere tener una merienda distinta y de lo más agradable.
Mi recomendado: el lemon pie!

Me encanta este lugar, me recuerda a la mesa de Alicia en el país de las maravillas, con sus tazas de te. Este café mas bien casa de te, esta a metros del río y si nunca fuiste tenés que prestar atención a la dirección ya que por fuera pasatotalmente desapercibido. Con una decoración que lo hace muy cálido, muchos detalles de libros, mantelitos, sillas y mesas todas diferentes, la vajilla es súper delicada; un lugar salido de un cuento. Es chiquito y no siempre se consigue mesa. Las tardes son reuniones de amigas, que se ponen al día y disfrutan del té y de alguna que otra torta. Pasar el rato en esta casa se ameno y placentero. Muy buena la atención, los precios están más que bien. Las tortas son un tema aparte, para romper la dieta! Los desayunos son súper suculentos y tentadores, con pan de campo y mermeladas caseras. Hay todo tipo de masitas, tartas y tortas, la elaboración es casera y se nota. Un detalle que me encanto: los capuchinos tienen dibujos en la espuma, muy chuchis. A la hora del té un lugar encantador, imperdible!