Quillagua Resto Bar

No se para que sigo volviendo. Lo único lindo de este lugar es la vista al río. Los mozos son muy colgados, las mesas suelen estar sucias. Te cobran 60 un tostado y cada sandwich es la mitad de lo que son normalmente. El exprimido te lo traen natural y tenes q andar pidiendo q te den hielo. Es caro…
Lo bueno es el happy hour de bebidas varias que tienen dwsde las 18 hs.
Una lástima..

Para despedir el año fuimos a cenar con amigas. Como eramos muchas no sabíamos a dónde ir ni qué lugar iba a tomar una reserva para 50 personas (sí, éramos 50). Después de hacer un par de llamados, nos encontramos con que Quillagua sí hacía reservas grandes. Entonces decidimos ir ahí (reservamos con unos días de anticipación).
La carta es amplia. Hay variedad de platos, pastas, ensaladas, carnes, comidas veganas, vegetarianas, picadas para compartir, etc. Nosotras pedimos pizza. En el sector donde estaba sentada yo, trajeron pizza de rúcula. «¿¿Pizza de rúcula??» pensé. Nunca me gustó mucho esta lechuga. Pero debo admitir que estaba exquisita. Sin duda recomiendo el lugar, y esta pizza en particular.
El lugar es amplio por afuera y por adentro. Está pegadiiiiito al río, así que la vista es increíble. Adentro es grande y bien ambientado.
Muy buena salida.

Nada del otro mundo. La atención deja un poco que desear. No creo q vuelva. Precios altos respecto a calidad/​cantidad.

Muy buena atención, con vista privilegiada al río Paraná. Espectacular para ir a disfrutar de una buena cerveza, con rabas, al atardecer.
Menú variado y de buena calidad.

Quilahua se alza sobre las barrancas del río Paraná, por lo cual la vista es privilegiada desde cualquier mesa en la que te sentés. El espacio de adentro, amplio, parece duplicarse en tamaño, afuera.
Los desayunos completos son los más recomendables. También se puede almorzar y cenar con una variedad en la carta que va desde comidas a la minuta o platos más elaborados, de los cuales los woks son los más ricos para mi gusto y los de mejor precio.
El espacio río absorbe todo, ya que los grandes ventanales que se despliegan de punta a punta colaboran para que eso suceda. Ver pasar los barcos mientras te comes un wok de vegetales una noche estrellada no tiene precio.

Su ubicación es ideal, junto a la baranda que da al río. Tiene las mejores vistas de atardeceres y las más suaves brisas nocturnas. Quillagua tiene todo para ser un bar excepcional, aunque no lo es.
En mi opinión es un bar promedio, ni bueno ni malo. La carta es variada, aunque lo que más se consume son picadas, pizzas, sandwiches, lo que sea de comida americana. El lugar está bien puesto, especialmente la zona al aire libre con mesas y sillas cómodas. Adentro hay mucho barullo y olor a comida. Los baños no siempre están en buenas condiciones de higiene.
Las veces que he ido, tuve que esperar bastante para que me atiendan y luego para que traigan el pedido, aunque –por suerte– llegó caliente. La comida está bien, los platos son abundantes.
Es un muy buen lugar para desayunar o merendar en otoño o primavera, cuando es muy agradable sentarse afuera a mirar el río y todavía el clima está cálido bajo el sol. Una tarde de lluvia a través del ventanal del salón, es ideal para tomarse un café con leche enorme y disfrutar el paisaje.
Es un bar muy concurrido, así que una noche de verano, andá con tiempo!

Quillagua resto bar es una muy buena opción para disfrutar de una comida junto al río, tiene una de las mejores terrazas o mejor dicho un amplio patio, que esta naturalmente elevado sobre las barrancas, lo cual que permite disfrutar de una vista privilegiada.
Es apto para ir durante todo el año ya que su salón vidriado esta climatizado, aunque a mí siempre me conquistan y elijo las mesitas de afuera. En verano voy de noche para disfrutar el aire refrescante del río, mientras que en invierno voy a disfrutar del sol del mediodía.
La carta es variada, aunque en general conviene pedir el plato recomendado del día, así demora menos el pedido. Aunque sus precios no son para nada baratos este es un lugar que habitualmente está lleno de gente, no importa día ni horario, el público se renueva.

A cinco minutos del microcentro se encuentra Quillagua, un Resto-​Bar cuyo nombre peculiar se remite a a un pueblito de la Puna de Atacama, el que debido a la contaminación de su único Río el Loa, está en extinción.
Se puede disfrutar de ricas picadas, tablas, ensaladas, pastas, tragos, vinos ¡y mucho más! Desde su interior se ve el Río gracias a su proximidad y a unos enormes ventanales. Desde afuera, sus mesas sobre un piso de piedritas, al lado del parque, también se puede observar el Río Paraná. Es por ello que es excelente para ir tanto en invierno como en verano. En invierno hay una fogata en el medio del salón, bien romántico. En verano disfrutar del aire libre, el sol, los pájaros al lado del Río es genial. Cuando hay mucha gente a veces demoran un poco en llegar los mozos a la mesa, más su atención es muy cordial. Los horarios de atención son de lunes a lunes de 9AM al cierre y el modo de pago es en efectivo.

Los mejores menúes ejecutivos de la costa céntrica rosarina. El lugar se encuentra a escasas cuadras del microcentro rosarino y cuenta con una imponente vista del hermoso río paraná. Tanto de día como de noche la experiencia es buenísima. El nivel de atención es variable pero siempre aceptable.
La carta es sumamente amplia y variada. Pescados, carnes, pastas, parrilla, tablas, cerveza, chopp, tragos, picadas, ensaladas, minutas y postres, todo abundante y a muy buen precio, sobretodo por la zona en que se encuentra.
La milanesa a la napolitana con fritas es un clásico logrado a la perfección por Qillagua, sin dudas mi plato preferido.
El inmueble cuenta con un amplio salón cerrado en donde las mesas junto a las ventanas que apuntan al río son las más buscadas y una increíble terraza con deck que a veces puede ser un poco calurosa pero que con una cerveza helada se soluciona automáticamente.

Como pasar una excelente nochecita rosarina de verano? Yo te digo, sentate en unas de las mesas de Quilawa a orillas del majestuoso río Parana y disfruta de su carta de pizzas sándwiches además de sus exquisitos platos. Una noche con luna llena es ideal para una cena romántica ya que desde su balcón al río podes ver el reflejo de la luna y la hermosura del rio.
Para tomar le recomiendo loa batidos, exquisitos!!! Multifruta durazno anana con leche o sin leche ambos muy ricoa, así como también la pizza de rucula mmmm para volver!!!

Meterse adentro en Quillagua, aunque tiene lindas visuales, sería un despropósito, porque la parte de afuera está pegada al río y desde cualquier mesa se ve un árbol que me animaría a nombrar como el más hermoso de toda la ciudad.
Sobre la comida, la verdad, no hay mucho para decir. Ojo, no es mala, pero tampoco es su mayor virtud. Yo les diría que es más para sentarse a tomar cerveza con maní, o un carlito, tête à tête con algún amigo con el que hace mucho no charlas de la vida. La música es de los hits del momento, medio elegidas de la radio, yo en lo personal prefiero otras cosas.
Adentro la decoración es muy linda y siempre está fresco.
La atención es buena y los precios normales.

Muy linda propuesta.
Se trata de uno de los tantos bares ubicados en plena costanera centro de la ciudad.
Dispone de amplios ventanales en sus instalaciones y de un patio muy grande para comer afuera observando nuestro hermoso río.
Podes concurrir durante la mañana y mediodía con buenas promociones en desayunos y menúes ejecutivos para el almuerzo.
Pero sinceramente lo recomiendo ampliamente para que vayas de noche.
Por la noche la costa rosarina se transforma, se vuelve un lugar lleno de gente genial que sale en la búsqueda de pasar una linda noche observando nuestro maravilloso río y degustando alguna picada y/​o cerveza…
Si bien mi sugerencia es que vayas de noche justamente para deleitarte con el paisaje, este bar tiene una contra importante que si sos paciente se puede llevar adelante sin inconveniente alguno: la atención no es de lo mejor, apenas llegas, te sentas en alguna mesa y vas a notar que nadie va a recibirte o al menos a llevarte alguna carta para comenzar a ver las distinta propuestas.
En varias oportunidades (luego de 45 minutos de espera) he tenido que ir hasta la barra a solicitar alguna carta allí y cuando ven esto enseguida me mandan a algunos de los chicos que trabajan en el bar.
Al principio esta actitud no me caía muy bien que digamos… pero luego descubrí que hay muy pocos mozos y la verdad el lugar se llena muchísimo… literalmente no dan a basto. quizás sea una buena idea que el bar contrate mas gente…
De todos modos, la buena onda que los chicos le ponen a la situación hace que todavía los siga eligiendo y sugiriendo!