Tuve la desagradable experiencia de «cenar» en este lugar. Para empezar la atención fue deplorable sin cortesía ni respeto. Lo peor de todo es la comida, es la primera vez que me sirven fritas crudas y tan aceitosas que no pude hacer más que reclamar. Ante nuestro reclamo básicamente hicieron oídos sordos y luego de esperar a que cambien el plato durante una hora decidimos irnos. Las bebidas calientes, la cerveza sin gas. Precios altísimos para un antro de cuarta. El ambiente fue tétrico la música saturando a un nivel que no permitía oírnos sin gritar. Mucha gente desagradable irrespetuosa con aires de algo triste que provocó incomodidad y que cualquier persona decente no quiera volver a poner un pie en el lugar. Aparentemente el deplorable servicio atrae a masas del mismo nivel.