La Norma

Qué problema ir a La Norma! Soy anti harinas y por eso mismo este lugar es mi perdición. Los bizcochitos de grasa son un hechizo. Los bastoncitos de queso lo mismo. Facturas? De lo mejor que he probado (hay vienesas para quien pueda pagarlo y desee probar). Este lugar está siempre lleno porque TODO ES EXCELENTE. Encima aceptan débito y crédito. *no falla la bandeja para degustar mientras te cobran*

Los sándwiches de miga, el pan, alguna que otra factura, los bizcochitos de grasa, y hasta el pan rallado para las milanesas son algunos de los motivos por los que voy a esta Panadería.
A veces uno pasa y ve que hay mucha gente, sobre todo en fines de semana y al mediodía, pero a no asustarse que atienden rápido, igual se puede matar el tiempo degustando cosas que ponen en una canasta cerca de la caja.
No tienen precios caros, en comparación a otra de las panaderías emblemáticas de la zona norte.

Entras y te querés comprar todo, es increíble todas las cosas que venden. Por lo general los sábados/​domingos siempre hay gente y si querés tener un buen desayuno/​merienda te recomiendo que esperes. El precio es acorde a los productos que ofrecen, las tortas siempre son del día, las facturas prueben las de crumble de dulce de leche ES UNA LOCURA! Lo mismo los palitos de queso, no duden en comprarlos comes uno y no podes parar. Es cuestión de ir con paciencia ya sea por la espera y para ver que llevas, porque literalmente te querés llevar todo y más sabiendo que todo lo que ofrecen es riquisimo.

Es un clasico de Olivos !!! la mayoria de las personas que conozco tienen como costumbre «„ir a la norma“» y saben que les va a llevar como una o dos horas volver. pero tambien saben que VALE LA PENA ! riquisimas facturas, y panes! super recomendable

No es nada extraño ver colas de media cuadra afuera de este lugar a pesar del frío o el calor. Es difícil creer que toda esa gente se agolpe para ir a una panadería. Hasta que un día te metés en la cola y terminas entendiendo por que tal fanatismo. Los productos de La Norma son buenísimos. Panes, facturas, lo que quieras. Todo tiene su toque distintivo. Destaco especialmente los palitos de queso, unas maravillas grasosas y deliciosas. El gran problema, con tanta gente, es la espera, obviamente. La atención suele ser bastante eficiente una vez que llegas a la caja, pero antes no hay seguridad. Tampoco es que está siempre repleta, es cuestión del horario más que nada.
Igualmente, a pesar del amor que le profeso, a veces prefiero ser realista y evitarla, más cuando está llenísimo.