Fui a este lugar de casualidad! Pasé por la ruta y frené. Sinceramente no le tenía mucha fe, y la verdad es que me sorprendí. Primero que al ingresar la entrada solo nos costó $ 35 por persona(adultos, no recuerdo el precio para niños). El lugar es muy amplio, cuentan con un bar para comer y beber; 5 laberintos; diversos juegos emplazados en el medio del lugar, construido con madera, ideales para realizar actividades motrices y ejercitar la coordinación y el equilibrio; un juego de cooperación y las montañas bellas de fondo. Por supuesto que hice todos los juegos, incluso los de madera. Los laberintos son increíbles. Hay uno de arbustos(wow), otro formado con colores(muy creativo), otro pensado más para niños, un cuarto en el que competís con un compañero, y el quinto representa el origen del laberinto. Fui con adultos y la pasé genial. Muy recomendado para disfrutar con quien sea! Entrar ahí te convierte nuevamente en niño. En el predio hay un cartel que dice: «El laberinto es, en la visión de Jorge Luis Borges, una representación de la naturaleza humana, una proyección del miedo del hombre a perderse, pero al mismo tiempo una imagen de esperanza, porque cada laberinto tiene un plano y una lógica; perderse para encontrar finalmente la salida.» Me encantó.