Antares Bar de la Fábrica

Hay un galpón y un portón de chapa. Un cartel chiquito dice que es Antares, y tenés que creerle. Tocás un timbre que te habilita a correr la puerta corrediza, y de repente estás en el bar mejor guardado de Mar del Plata: el bar de la fábrica.
Lo que hay es eso. Un salón cuadrado con una barra a todo su largo, mesas comunitarias del otro lado, y más allá las puertas de vidrio que separan, pero dejan ver, la fábrica donde la magia sucede. Hay olor a cerveza cocinándose todo el tiempo, y hay ganas de quedarse a vivir ahí.
Las cervezas están anunciadas, como siempre, en dos pizarrones gigantes en la barra. Uno con los clásicos de Antares (Kolsch, Honey, Scotch, Barley wine, Cream stout, ¡Playa Grande! etc.) y otro con las seleccionadas por el Brewmaster (Cervezas de colección dice la pizarra) que van cambiando todo el tiempo. Ahí podés conseguir, por ejemplo, doble Porter, doble Pilsen o la mágica American Pale Ale.
El bar transcurre en el medio de un barrio industrial, de manera que es muy probable que te encuentres con los compañeros que salen de laburar todo el día, transpirados y sedientos, junto con los dueños de esas fábricas también. Porque lo importante es la birra no?
Comer no se come. Tampoco hay Happy Hour como en los demás Antares. La propuesta es básica y una sola: la cerveza.
Si alguien es responsable de que en Mar del Plata hoy haya más cervecerías que parrillas, ese es Antares. Entonces volver a la raíz, a la fábrica misma donde todo nace, es un poco un homenaje imprescindible. Si pueden hagan la visita guiada, es imperdible.
Y sino, vayan igual a tomarse unas pintas al bar. Es justo y necesario.

Siiii, yo entiendo que van a Mar del Plata para ir a la playa, para hacer gira de bares y boliches a la noche, para sacarse una foto con el lobo marino (?). Sólo les pido que por favor, POR FAVOR, reserven un par de horas de alguna tarde para ir a conocer el bar de la fábrica de Antares. Les juro que vale la pena.
Fui durante el fin de semana largo de octubre, juuuusto para Oktoberfest. O sea que además de la movida usual de un sábado a la tarde, había birra especial por la fecha, pretzels para acompañar las pintas, música alemana y gorros de cotillón para los chicos de la barra. Y mucha gente con toda la onda! Todo esto pasó entre las 16 y las 19 horas aprox, no se imaginen madrugada profunda.
El bar funciona dentro de la fábrica, tiene un poquito de todos los Antares que conocemos de CABA pero con una onda especial: barra larga, mesas para compartir, un modular repleto de botellitas de cerveza de diferentes marcas como ambientación. Lo mejos es que las pizarras tienen todas las variedades de cervezas para probar, y si las pedís las tienen! Las clásicas, las estacionales, las de fechas especiales, todas. La otra buena es que hacen recarga del botellón para beber en casa.
Hicimos el recorrido por la fábrica junto a Leo, el brewmaster, por lo que nos contó mucho sobre el proceso de elaboración de la cerveza y también respondió todas las preguntas del grupo. Durante el tour llevás tu vaso y vas probando diferentes variedades. Como si haber caído para Oktoberfest no era suficiente, también fuimos justo antes del lanzamiento de la nueva cerveza Barley Wine añejada en barricas de whisky, que se puede conseguir en todos los locales. Pruébenla, no se parece a ninguna otra que hayan tomado!
Antes los horarios del bar de la fábrica eran raros pero ahora abre jueves, viernes y sábados por la tarde, mismos días para hacer la visita y recargar el botellón. Sobra la buena onda y, claro, la rica birra artesanal!

Fui al bar de la fábrica de Antares a tomar algo por la tarde con una amiga. No lo conocía, me encantó.
El ambiente no tiene nada que ver con un bar tradicional, es despojado. Las cervezas se piden en el mostrador y se llevan a algún lugar desocupado de mesas más bien comunales. Pedimos 2 pintas cada una, surtidas, y estaban increíbles (negras, rojas, rubias), y como yapa, uno de los chicos que atendía nos iba dejando pequeños vasitos con cervezas recién saliditas para probar. Una delicia, no tiene demasiado caso explayarse sobre la calidad de las cervezas de Antares, no?
Como fuimos un viernes, la mayoría de los presentes habían ido para llenar los botellones de Antares, y de paso se tomaban una pinta.
Hay que tener en cuenta que como se trata de la fábrica, no tienen despacho de comida y lo que se puede picar son solamente snacks envasados (papas fritas, maníes, etc). Cierran temprano. Ahora me resta volver para hacer la visita guiada a la fábrica. Muy recomendable.

Fui a recorrer la fábrica una tarde la primera semana de marzo. Por suerte estaba de vacaciones y pude, porque los tours tienen horarios no tradicionales, un recorrido es a las 15 y el otro a las 17. El bar de fábrica está abierto también en ese rango horario.
No se si el «guía» es siempre el mismo, pero el señor nos explicó absolutamente todo (desde el proceso de elaboración, pasando por como se preparan las botellas, hasta la impresión de etiquetas). Era un genio, un tipo muy macanudo y didáctico que, ADEMÁS, nos hizo probar todos los tipos de cerveza que hacen en la fábrica (y repetimos varias veces). Paraíso etílico.
Una cosa a tener en cuenta, vayan almorzados. En el bar de la fábrica solo ofrecen cositas tipo copetín para picar y, durante el tour, picas galletitas de agua. Yo no había almorzado y salí con un pedo como para 5. Pero valió la pena, sí señor.
No recuerdo el costo del tour puntualmente, pero fue bastante económico y nos regalaron un vasito de media pinta con el logo de Antares. Gran detalle. Y podes estirar la visita aun más en el bar de fábrica, tomando algo ahí o bien, llevandote un botellón (recargable) de souvenir.

La Fábrica de Antares, con lo que representa la cerveza artesanal en Mar del Plata, vendría a ser algo así como EL TEMPLO CERVECERO, La Mesquita del Hombrewer, La Catedral birrera.
Antares arrancó allá por el ’98 como el primer BrewPub de la ciudad, ubicado en una casona antigua de la calle Córdoba pero se expandió tanto que inevitablemente tuvo que abrir una fábrica en la zona industrial.
Desde hace 2 años, con varias sucursales en todo el país, se les ocurrió acondicionar el galpón para recibir gente y poder también hacer la visita por las instalaciones.
El bar de la fábrica, cuenta con las mismas canillas que en los otros bares pero tiene el agregado de otras 10 que son selección del Brewmaster y no están en ningún otro lado. Las mismas van variando según la temporada y en este momento se pueden probar algunas como la Saison IPA, Barley Wine Chimbote (si leiste bien: UNA CERVEZA CON DULCE DE LECHE), IPA ARGENTA y la cerveza de primavera TRIPPLE,
También hay cervezas invitadas. ¿Qué quiere decir? Los chicos de Antares, seleccionan las cervezas de colegas que más gustan y traen barriles para pinchar en las canillas. La imperdible de este mes: Fruit Saison de Juguetes Perdidos.
Una crítica: aun no implementaron comidas tipo tapeo para aminorar la cata y no retirarse del lugar completamente alcoholizado. (Sólo se puede comprar palitos, papitas y mani de paquete)
Una recomendación: llevar (o comprar ahi mismo) el botellón para recargar 2lts de cerveza.
Un dato de color: al ser zona de fábrica (estar abierto después del mediodía) los obreros de la zona suelen cortar e ir a tomar algo. Así que es bastante usual ver gente de mameluco lleno de grasa con una pinta en la mano.
¿Qué más decir? No podés visitar la Capital de la Cerveza Artesanal sin pasar por la fábrica de la cervecería pionera marplatense.