De algo no quedan dudas: ir a Campanópolis es un paseo insólito. A una hora, hora y media de tu casa, hay una villa en la que no vive nadie, en el medio de un campo y que fue construida por un hombre, de apellido Campana, que soñó con construir un pueblo y lo hizo en González Catán. Lista de cosas para llevar: mate, zapatillas cómodas y celular/cámara de fotos. Los edificios, un molino, rejas(¡son muchísimas!), ventanas, objetos antiguos(balanzas, vajilla, mobiliario, botellas, cuadros, etc, etc, etc), adoquines de la Av. La Plata, viejas señales del ferrocarril, columnas y escaleras que fueron de edificios históricos, van a hacer que quieras disparar varias veces. Las visitas se hacen con un guía y en grupo(hay que reservar y pagar sí o sí con anticipación) y la caminata recorre las diferentes áreas con su respectiva explicación. Después del tour te dan un rato libre para volver a las partes que más te gustaron. Si bien ellos se definen como una aldea medieval, hay estilos variadísimos y construcciones inclasificables. ¿Qué me faltó para irme del todo contenta? Poder conocer un poco más el motivo que llevó a este empresario a construir Campanópolis. Algo cuenta la guía pero no demasiado. Sólo se puede hacer la visita los sábados a la mañana(¡hay que madrugar!), durante la semana funciona como espacio de eventos o locación para filmaciones y producciones de fotos.
Lucia G.
Place rating: 5 Buenos Aires, Argentina
Campanopolis se presenta a si mismo como«una aldea medieval europea a media hora de la ciudad». Este lugar es algo maravilloso en muchos aspectos. El primero es que surge como un hobbie de un empresario de apellido Campana. El hombre dibujaba e imaginaba un pueblo. Para mediados de los años 80, este hombre empieza a trabajar allí, con sus ideas y algunos albañiles, los fines de semana. Años despues, al enterarse de que le aquejaba un cancer, decidió vender sus empresas y se abocó a trabajar en su pueblo todos los días. Compró de todo en subastas y remates. Así es como surgió y creció Campanopolis. Como broche de oro, debo decir que el Sr. Campana vivió varios años mas que los que los médicos habian predicho. Es lindo pensar que fue porque se pudo dedicar a materializar sus sueños. Este lugar es un pueblo sacado de un sueño. Tiene estilo medieval; pero también influencias de Gaudi y al hacerse con materiales de todo tipo, las formas son únicas e imposibles de ser catalogadas en un estilo. Recomendaciones prácticas: leer atentamente las condiciones de visita en la web. Sólo se puede concurrir con reserva realizada por internet. No hay boleterias ni venta de entradas en el día. Se realiza un recorrido guiado y luego se dispone de un tiempo limitado para andar por tu propia cuenta. Llevar tu propio pic nic. Solo hay un vendedor de café. Se camina durante un par de horas y por caminos adoquinados(ex adoquines de Av. La Plata) por lo que no se recomienda ir con personas de movilidad reducida. IMPORTANTISIMO: Llevar cámara de fotos.