El cartel que tienen no te deja indiferente y yo estaba buscando donde pagar unas cuentas y averiguar un tema de trasferencia. Simplemente de todo. Pago fácil con su correspondiente pecera blindada, Western Union que es un servicio de transferencia al extranjero, que he usado mucho pero ahora es muy caro, Correo Argentino, para enviar correspondencia a donde quieras, fotocopias, plastificados, servicio de fax. Eso se desarrolla en una parte del negocio, en la otra, entras al local propiamente dicho y hay golosinas artículos de librería y porque no, sumamos cosas y tenemos fiambrería, vinos de marcas populares, bebidas, lácteos y un sinfín de artículos de granja. Internet también hay. La verdad, el local no es moderno y ya la cantidad de cosas que allí se mueven es un poco, como decirlo, «el universo de lo que pidas yo lo tengo». Estaba algo oscuro, eso sí, y la señora única que atendíà la parte de la granja kiosco un poco atareada con todo, pero bueno, voluntad había. Pienso que a veces a estos negocios no les queda tiempo para reciclar el local y ofrecer sus servicios con mayor capacidad de marketing, que siendo locales y antiguos podrían invertir en crecimiento. Mis facturas las pague, y después de esperar entre un pedazo de queso que llevaba alguien y una caja de chinches de un niño, logre hacer mi fotocopia.