Sigfrido

Una buena opción y más dentro del shopping. Esta bien ubicado cerquita de la entrada, y tiene mesas lejos del pasillo donde circula el mar de gente, lo cual ofrece un ruido moderado que para el Nuevo Centro es todo un lujo.
La atención es correcta, todas las mesas estaban llenas y eso no implicó que el mozo tardara en llegar a la mesa para levantar el pedido ni tampoco hubo demora en que llegue a la mesa. Tome un café (bastante bueno) con un tostado que estaba exquisito. Tienen opciones para celíacos (mi novia lo es), lo cual no abunda en estos lugares, y no son sólo galletas de arroz, ya que ella comió unas tostadas.
Los precios son un poco más elevados que en un bar del centro, pero para el promedio del shopping están bien.
Una buena opción para desayunar/​merendar

Muy rica torta y atencion la verdad es un lugar que vale la pena. Si venis al shoppin y tenes ganas de una torta, tostado o un cortado este lugar es el indicado porque esta de 10

El desayuno es muy pobre.
Pedí 4 tostadas y me trajeron un pote de manteca y uno de dulce (alcanza para dos)
El café estaba quemado. La única razón por la cual me quede es por que lugar es cómodo para trabajar. En ese sentido no tuve inconvenientes.
El precio es acorde al servicio.

Derecho a la lista de «Lugares para trabajar».
La verdad es que a pesar de que es algo extraño esto de poner un bar pituco en el medio de un shopping (bueno, no está al medio en este caso, pero en el Patio Olmos si), pero está piola, sobre todo si no te interesan las cadenas de comida o el lio que suele ser el patio de comida a hora pico.
Piola para tener reuniones, buen wifi, lindo para merendar, y un detallito hermoso: El café viene, por defecto, con una soda grande, algo muy noble en estos tiempos que corren.
Sillones cómodos, mesas amplias, y mozos de esos vieja escuela, que saben que podés estar semanas con un cortado y no hay una mirada que te juzgue en cada pasada.
Me queda probar la comida, hay muchas opciones y un menú ejecutivo a precios interesantes. Recomendado.

Creo que fui dos veces en la vida, hará como 10 años y ahora. El lugar sigue igual.
Es un típico bar de antes, todo revestido de madera, tiene bastantes cuadros en las paredes pero no es un arte copado la verdad. Tiene pinta de bar de gente más grande la verdad. Raro al estar en un shopping que no le hayan puesto más onda porque es bien grande y podría fácilmente transformarse en un pub muy bueno.
La atención estuvo muy bien, el mozo super amable y atento. Comí una merluza a la plancha (estaba tentado de pescado hace como dos días) con un puré. La verdad estaba bien, no excelente, un poco sobrecocida la merluza. El puré si estaba muy rico.
Mis viejos se pidieron unos lomitos que recalcaron que estaban muy ricos, y mi hermana pidió una milanesa a la napolitana que estaba gratinada básicamente, muy buena pinta.
En sí no es un lugar con mucha onda, pero zafa, creería que es mejor para desayunar o merendar porque en la carta había más opciones de dulces que de salados. No se si volvería a cenar acá.

Si bien este lugar es de ecxelente calidad para sentarse a comer algo o tomar un buen café a mi no me gusta mucho, todo muy marrón, todo muy viejo, todo muy serio. La onda del lugar invita a gente mayo de 60 años a sentarse en este lugar, nunca veo gente joven, será que me dejó el trauma de que cada vez q ibamos al shpping mientras que nosotros solo queríamos ir a neverland a jugar a los jueguitos mis papas nos hacían sentarnos en este bar deprimente a esperar que teminaran de merendar. Por lo general lo que me gustaba mucho era el jugo de naranja y los tostados que eran realmente muy ricos. Mi hermana recuerdo que moría por los submarinos con el pedacito de chocolate ágila que se derretía en la leche caliente. Y esque no digo que lo que sirvan aquí sea de mala calidad si no todo lo contrario, si no que la estética del lugar siempre me pareció deprimente, si bien está siempre muy limpio y ordenado, absolutamente todo lo que ves es de color marrón oscuro, un lugar demasiado clásico y seriecito. La atención también recuerdo ser muy buena, pero, si es por elegir algun lugar para merendar en el shopping seguramente eligiría otra opción.

Sigfrido es uno de esos lugares que son simplemente perfectos. Lo conocí hace más de un año y desde ese momento se convirtió en uno de mis lugares preferidos para comer, y comer bien.
Se encuentra dentro del Nuevocentro Shopping, aunque posee ventanas a la calle también. El lugar es simplemente hermoso, tiene una decoración antigua en madera oscura que te hace sentir que viajante a otra parte del mundo solo con cruzar la entrada. El mobiliario no podría ser mejor, ya que no sólo es muy agradable a la vista, sino que es realmente cómodo. Las sillas acolchadas y las mesas amplias te aseguran una buena comida.
La comida es excelente, la carta es muy variada y todos los platos parecen ser exquisitos, y hasta ahora todos los que he probado lo han sido. Es comida de verdad, con sabor, gourmet y a su vez abundante y no pretenciosa. Muy bien presentada y un placer para la vista y, claramente, el paladar.
La atención es muy buena también, siempre que he ido le han atendido de maravilla y sin ningún tipo de inconvenientes ni demoras en la cocina.
Los precios están muy bien también, considerando la calidad de la comida y la elegancia del lugar. Muy recomendable!

Sigfrido es un excelente lugar para ir a comer. Durante mucho tiempo fue el lugar que ocupo mis primeras opciones para salir a comer a un buen lugar. La comida es excelente, bien preparada y mucho mejor presentada. Recuerdo haber pedido un lomo al champiñón con puré mixto que era una delicia. La carne se cortaba sola, los champiñón no eran de conserva sino que eran bien frescos, algo que me sorprendió y el puré estaba hecho a la perfección, muy bien pisado y no estaba ni líquido ni duro, la combinación justa.
Siempre hay alguna sugerencia del chef que te recomiendo que pruebes. Obvio que no todos tenemos los mismos gustos y sobre estos no hay nada escrito, pero la mayoría de las veces que pedí la sugerencia del chef no me equivoque para nada.
La decoración del lugar es realmente muy linda y los sillones altamente cómodos, no dan ganas de irse, algo sumamente importante en el que pocos lugares trabajan. En la mayoría de los bares no se invierte en sillas cómodas. En este lugar la comodidad está a la orden del día.
Recomiendo este lugar para almorzar o cenar, sin embargo, tienen una excelente cafetería y una sección de delicatesen donde exhiben tortas, brownies y demás que están más que deliciosas. Fui una sola vez a merendar y fue genial. En este lugar probé las mejores Mafaldas de Córdoba.