Es un mercadito de barrio que casi parece un chino. Tiene muy poca variedad pero mas o menos los productos necesarios para sacarte del paso, teniendo en cuenta que tenés el Carrefour a 7 cuadras. La carnicería y verdulería, flojas, especialmente teniendo en cuenta que al menos cada dos manzanas hay competencia. Por el contrario, la panadería es un amor, al menos el pan, criollos y facturas son de fabricación propia, bastante buenos y la verdad es lindo que emita olor a pan recién horneado a la madrugada y la tarde. La atención está bien, pero no me vuelvo loca, no hacen mucho esfuerzo por ser simpáticos. Creo que haría mucha diferencia si recibieran tarjeta o débito, ya que por ahí lo haría diferente a cualquiera de los CIEN almacenes canuto de garaje que hay en el barrio.