Zarco

Ciudad Jardín, es un mini-​mundo rodeado de arboles y buen ambiente. El centro cada vez se esta expandiendo con lugares nuevos.
Esta vez nos toco el turno de Zarco, a escasas cuadras de la Havanna, está ubicado en una calle sin salida, cerca de la plaza.
El lugar en si tiene muy buena comida, con mesas afuera cuando el tiempo lo acompaña, adentro hay boxes íntimos, así como mesas mas familiares y un area para chicos!
Ambiente cálido, luces tenues y con música tranquila. La atención no fue la gran cosa, aunque si se esmeraron, nos ofrecieron un cocktail de Campari y naranja que después no trajeron (la gran osoooo!) jaja!
Por lo demás genial, pedimos dos entradas y dos principales.
Entradas, Ramas y Mallonesa e Ave. Principales: Sorrentinos de calabaza y hongos y Lomo «Zarco».
Buenos platos abundantes, todo con una jarra de 2 litros de cerveza jaja!
Precio total 300 por persona.
Un lugar recomendable, aunque le falto «algo» que debo decir puede ser circunstancial.

Zarko es un restaurante de Ciudad Jardin, ubicado en una calle sin salida, en la esquina de Bonafide.
Al mediodia van muchos ejecutivos y empresarios de la zona, y por la noche muchos grupos de amigos y familias.
Hay parrilla, pastas, platos elaborados como bondiola rellena, bife de chorizo con berenjenas y parmesano (estos últimos para compartir). No es barato, pero debido a la calidad de la comida, está bastante bien.
Aceptan reservas, conviene en fechas especiales o fines de semana. Y hay algunas noches de la semana que hay promos para mesas de mujeres o de hombres.

Es un muy buen restaurante de la zona oeste. La comida es excelente y la carta de vinos muy buena. Los mozos son muy atentos. Lo mejor sin duda es que tiene una niñera. Si tenes un hijo chiquito ni lo dudes, podes comer tranquilo mientras tu hijo juega. No es pelotero por lo que no hay riesgos.
Vamos hace años y es un clásico de El Palomar.

Zarco es uno de los mejores restaurantes que tenemos por la zona.
Está ubicado en una especie de rotonda sin salida. Se entra y se sale por la misma calle, lo que quizá complique un poco el estacionamiento y el movimiento de los vehículos.
Salvando esto, debemos saber que Zarco es increíble. Desde la ubicación ya se impone como un lugar íntimo y escondido. Exclusivo.
Los enormes árboles son el marco perfecto para comer en la vereda amplia en una noche cálida.
En la entrada, los mozos te reciben y te dirigen a la mesa. Hay opción de elegir en los boxes, en las mesas normales o en el primer piso.
El ambiente es súper cálido. Luces tenues y difusas, colores marrones y oscuros y mesas bien distanciadas lo que lo hace aún más privado.
La atención es maravillosa, jamás tuve una mínima queja.
Voy siempre y pido lo mismo hasta que me canso y elijo otra cosa y la repito. Así cíclicamente. Mi último hallazgo (y mi comida las últimas 3 veces que fui) fueron los Raviolones rellenos de parmesano y salmón, con salsa de langostinos. Una delicia.
Siempre (quizá porque vamos seguido) nos invitan una copa de champagne al finalizar la cena.
Y un día fuimos con motivo de cumpleaños y nos obsequiaron una mini-​torta. Increíble.
Es de lo más caro de la zona, pero no es un gasto, es una muy buena inversión.
Me encanta tener lugares así cerca de casa. Nada que envidiarle a los mejores restaurantes de los principales polos gastronómicos.