Qué buen hallazgo este lugar. Llegamos el viernes a la noche a Chascomús el finde largo de agosto y sin saber dónde poder cenar a esa hora. El dueño del hostel donde paramos nos dijo con tanta naturalidad«Y vayan a lo de Mirta» como si fuera algo obvio para un turista. Nos indicó cómo llegar y arribamos a destino. El lugar, común a cualquier otro restaurante pero comidas bien de bodegón, caseras. Atendido por sus propios dueños y comida como en casa. Elegimos el plato del día. Pastel de papá y de postre budín de pan con dulce de leche. Había varias mesas pero reinaba el silencio. Sólo se escuchaba la voz de Marcelo Tinelli en la tele y todos fielmente escuchándolo y viendo su programa. La comida riquísima. Si van y no se sienten como en su casa y que está cocinando su propia madre o abuela, juro que le pega en el palo. Gracias Mirta!