Tuve que ir por trabajo a Neuquén y el cliente nos hospedó en este hotel en Centenario, a unos 15 – 20 km de Neuquén capital. Es un «roadside hotel», al costado de la ruta, de 3 estrellas, con una recepción bastante linda y modernosa. La atención de los recepcionistas es promedio, desde las chicas jóvenes y simpáticas hasta el señor de la noche que te mira con cara de pocos amigos. El desayuno también es promedio, con mucha factura, librito, cuernito y todo un festival de harinas. Tienen algo de cereal, un par de frutas, fiambre y poco más. Hay habitaciones estándar y superiores(literalmente superiores, porque están en el primer piso del hotel); fui a una estándar y era chica, bien básica, con tele, un frigobar, caja de seguridad que no logré hacer andar y un mini placard. La cama, queen, estaba bastante bien. El baño era grande en comparación con la pieza, con esas duchas tipo en esquina, con mamparas que no cierran del todo, pero la presión y la temperatura del agua eran muy buenas. Ah, el wifi del hotel era pésimo en mi habitación y bastante malo en el resto del hotel. Lo mejor del hotel es su restaurante, Casablanca, que está a la vuelta y también está abierto al público. Fuimos con una colega una noche y estaba LLENO de gente local, parece que es EL lugar donde ir a cenar. Caímos temprano, tipo 8.30, y había una pareja probando sonido porque tipo 11 pm había un «show». Comimos y huímos despavoridas, pero la comida estuvo muy buena, pastas que se notaba eran caseras, y con precios relativamente baratos(el restaurante está muy bien puesto). A menos que sea por trabajo, no volvería, claro está, pero te ofrecen lo que pagás, un hotel de 3 estrellas para salir del paso.