Wolff

En una de las zonas más residenciales del barrio de belgrano se encuentra este mercadito. El lugar es chico pero divino, las paredes están empapeladas con todas figuras musicales. Las lámparas son tarros de galletitas enormes dados vuelta. Y tienen un montón de girnaldas hechas de origami. Si hay sol sacan mesitas afuera.
Sirven café y té, desayunos, almuerzos y meriendas. Fui con una amiga a comer algo un sábado al mediodia. Pedimos ensaladas y sandwiches. Uno se llama sin plumas y trae pechuga, tomates secos, mostaza de dijon y hojas frescas de albahaca. Además sirven picadadas, tienen menú del día y un montón de cosas dulces.
Lo mejor sin dudas es que todos los panes son de L’epi, una de las mejores boulangeries de buenos aires. Hechos en hornos a leña antiquísimos. La baguette es una locura. Además la cocina está a la vista, asi que ves todo el proceso de confección de tu comida.