Me mudé y necesitaba una cama. Di vueltas entre mandar a hacer una con cajoneras abajo, comprarme una con un precioso respaldar o pasarme al equipo de los sommiers. Decidí ponerme esa camiseta y después de algunas consultas con amigos, terminé en Sommier Center. Esta sucursal de Constituyentes es un salón enorme con la mayoría de los modelos y tamaños que tienen el catálogo. Sí, claro, se pueden probar y te dejan jugar a que dormís para ver si es cómodo. Los anuncios de promociones que tienen pegados en los vidrios no son tocuen: pagué bastante más barato el sommier que en otros lados por comprarlo con tarjeta(casi todos los bancos tenían promo, no fui una privilegiada). Me asesoraron muy bien, pidieron las medidas de la habitación, puerta de entrada y corredores hasta llegar al lugar en el que tenían que dejarlo e hicieron una propuesta que agradezco: que la base estuviera partida a la mitad para poder entrarlo a casa. ¡Por suerte! Viendo las maniobras que tuvieron que hacer los chicos del flete para entrar el colchón, ni me imagino lo que hubiera sido la lucha con la parte fija. Cumplieron tiempos de entrega y vinieron en el día que dijeron. Para liquidar el combo, además del sommier, compré ahí dos almohadas y dos juegos de sábanas, y quedé super conforme.