A pesar de que no soy fan de tener que ir a consultorios que están en edificios viejos cuyos ascensores siempre me hacen pensar que puede pasar el apocalipsis zombie, PROI me sorprendió bastante. El consultorio está en el octavo piso, súper cerca de la Av. Córdoba y la Av. 9 de Julio, por lo que es fácil llegar hasta ahí. Uno de los porteros no le pone mucha onda(hay dos ascensores, el que va hasta el consultorio es el del fondo, te ahorro preguntarle) pero al menos no te piden nombre, documento y contraseña de más de ocho caracteres incluyendo números y símbolos para entrar. Las recepcionistas te atienden rápido y bien, y podés esperar a que te llamen en una salita de espera con cómodos sillones y montones de revistas. Me sorprendió que tuviera tantas revistas, nuevas, y de distintos temas. Onda, no tienen las revistas Viva desde 1999 al 2001 masticadas por una mascota, tienen revistas de moda, de pesca, de moda masculina, de chimentos, de celebridades adolescentes. No tienen ni tantas revistas nuevas y fifí en el kiosko, PROI, gracias por tanto. La atención por los odontólogos es súper recomendable. Son amables y sobre todas las cosas te explican todo bien, te dan opciones(incluso ponen tu bienestar por encima de los beneficios económicos del consultorio, no en todos lados se ve). No me queda particularmente cerca, pero vuelvo porque vale la pena.