Prado y Neptuno

Fui a Prado y Neptuno como parte del Buenos Aires Cóctel un sábado a la noche. Me lo habían nombrado el día anterior en la Masterclass en Rey de Copas y decidí visitarlo al día siguiente porque me daba fiaca ir hasta Palermo nuevamente. Fui con una amiga y cuando entramos por la Planta Baja confieso que me quise matar de haberla llevado ahí. 3 o 4 señores grandes, en silencio, fumando habanos, sentados solos cada uno en un sillón. La barra se veía tentadora pero desde afuera vimos que había gente en el primer piso y decidimos probar suerte arriba. Subimos y, si bien estaba tranquilo y todos nos llevaban al menos 20 años (tenemos 27) no estaban fumando habano, charlaban, más ameno. Los tragos BUENÍSIMOS. Iban a seguir toda la semana siguiente con los precios promocionales pero la verdad es que no me decidí a volver. Es para ir muuuy tranquilo a charlar de a 2 o 3, no esperen nada muy animado. Si quieren tomar bueno y rico, es su lugar. Eso si, se van con la ropa ahumada.

Si vas a este bar cubano, cosas con las que te topas:
1) bancate el olor a humo porque es especialmente para fumador de habano
2) no me gustaron mucho los asientos, pero sentarse en la barra esta bueno
3) los que atienden tienen menos onda.
4) EL MODO DE PREPARACIÓN DE TRAGOS ES MUY BUENO, lo hacen con todo detalle.
5) atención cordial
6) asemeja a un bar cubano con música acorde.

Best cigars I have ever had

La Cuba prerrevolucionaria sería muy elitista, pero qué ricos cócteles preparaban.
El lugar (que a primera vista parece bastante más chico de lo que es) es sumamente encantador: una barra divina, silloncitos más que cómodos y atención cordial. Los tragos: riquísimos tanto los de la carta como los de la coctelería clásica, que acompañamos con aceitunas, quesos y papas fritas cortesía de la casa.
Durante la velada nos acompañó Perla que preparó casi todos los cócteles y charló un rato con nosotras; divina: you go gurrrl.
Como no soy fumadora, pedí recomendación sobre qué puro llevar de la gran variedad que ofrecen en vidriera y terminé con un divino Francisco de Miranda.
Terminé la noche con ganas de revivir a Batista y dejarle un billete de un trillón de dólares.
El hedonismo tiene nombre en Buenos Aires y se llama Prado y Neptuno.

Para que te guste Prado tenés que fumar, o que por lo menos no te moleste el olor a los habanos. Porque es así, todos ahí fuman, van para eso. Por lo que es bastante común ver a hombres solos fumando y leyendo un libro o diario o mirando mal a quiénes entran (o porque nunca te vio antes o porque no tenés cara de que sabes cual habano es el mejor).
El lugar es chiquito y queda en una esquina bastante linda de Recoleta. La barra es linda y llama la atención ya porque el lugar es chico. Los daiquiris que salen de ahí son los mejores de Buenos Aires y no quiere soñar exagerada.
Está muy bueno sentarse a la barra y poder hablarle a los chicos educados y amables y que saben un montón que te atienden.
Podes elegir estar en la planta baja o en el piso superior. En cualquiera de los dos el olor va a estar. Arriba es bastante silencioso lo que está bueno si un grupo de amigos quiere hablar, abajo suelen estar los lonely.
Me siento siempre es una peli de mafiosos de USA cuando voy ahaha.

Siempre que pasaba camino al trabajo por esta esquina me llamaba la atención el lugar. Un día tenía que hacerle un regalo para un amigo amador de los tabacos y decidí visitarlo.
Cuando entre al lugar me fascino. Era todo muy exclusivo y sumamente tranquilo. El ambiente me recordó a esos bares típicos de hoteles de lujo: al fondo una barra toda iluminada, unas pocas mesas con sillas muy cómodas y de decoración habían 2 motos estilo vespa originales lo cual me dejó fascinada. Del lado de afuera hay mesas si lo que prefieres es disfrutar un poco del clima de verano.
Es una propuesta muy interesante ya que el lugar vende todo tipo de habanos y accesorios para fumar. La barra cuenta con una amplia variedad de rones y wiskeys. Aunque lo ideal es ir al lugar seleccionar un buen habano y apreciarlo mientras te tomas un buen trago de autor.
Definitivamente volveré a este lugar, sobre todo cuando esté buscando relajarme del caos de la ciudad y tomarme un buen trago.