Pichin

He ido unas cuantas veces con mi esposa que como ya tenemos varios años de casados nos damos el lujo de ir a lugares como este, de noche. Si la llevaba el dia que la conocí me largaba por tacaño y desatento. El dueño es nieto del fundador que era un hombre que hacia la pizza y las metía en canastos de metal y las llevaba al Mercado poniéndolas sobre la cabeza. Todavía le queda una. El lugar es a una cuadra del Spinetto así que muy fino y turístico no es. La pizzeria también es chica. Hay un mostrador, enfrente y a la izquierda las consabidas barras. Llegamos con el auto, generalmente hay lugar para estacionar. siempre no están todos los gustos de pizza que preparan pero muzzarella, cancha, fugazza con queso si. Si hay prueben la Faina, exquisita .Mi mujer toma coca o soda y yo acompaño con un vaso de vino malo, pero es lo que hay y con otra cosa no me baja la pizza .La de cancha es como una empanada gigante doblada al medio donde va la salsa y que después cortan en porciones. Contradigo en algo al amigo Gabriel P. Las veces que fui no vi caras o miradas siniestras, no me sentí incomodo por la seguridad, pero no lo contradigo. Probé de este tipo de Pizzerias esta y la Pirillo en San Telmo. Lejos me quedo con esta, la pizza es mucho mas rica. Intenten, vale la aventura.

Bueno… Creo que uno en vida no puede perderse la experiencia de ir a comprar una pizza de cancha a Pichin, realmente es toda una aventura.
El local es chiquito, oscuro y tenebroso. Es frecuentado por personajes nocturnos con miradas siniestras que comen de dorapa en una especia de mini barra.
La limpieza del local… bueno mejor no indagar tanto! Pongamos que no es apto para comensales fácilmente impresionables o señoras pacatas. Prestar atención a la nostálgica decoración que hace juego con la cochambre del techo!
Para los mas osados no se pierdan ir al baño, toda una expedición de alto riesgo.
Inigualable es la atención (creo que del hijo del dueño) de un señor entrado en varios kilos y de aspecto compadron cuyas conversaciones a puro insulto con los tacheros que paran ahi, me han echo mas de una vez amena la espera.
Así y todo la pizza de cancha que hacen es simplemente DELICIOSA e IMPERDIBLE al igual que la faina!
Lugar altamente recomendable para ir, pedir y salir corriendo!

Si alguna vez tuvieran que imaginarse el estereotipo de pizzería barrial, «Pichin» seríà la imagen que su cabeza les pondría en mente. El local queda a la vuelta de Zaguán Sur y tiene absolutamente todos los ingredientes para destacarse.
Los muchachos que atienden, señores grandes y de pocas pulgas, amontonan las pizzas en una tabla sobre el mostrador y calientan las porciones a pedido. El producto, estacionado allí, adquiere entonces un sabor único, como pueden tener los choris en los puestos ambulantes.
La verdad que no hay mucha variedad, pero las recomiendo fuerte la pizza «canchera».
Los precios están MUY bien ($ 10 promedio la porción) y en la radio AM siempre suena tango.
No vi ninguna heladera con bebidas, aunque si había un parroquiano tomando soda en sifón la ultima vez que estuve ahí, previo a un recital.