L’arc

Fui un par de veces a esta catedral del chetaje y si vuelvo a ir solamente va a ser obligado por la decisión de mi grupo de amigos.
La última vez que fui no quisieron dejarme entrar porque TENIA ZAPATILLAS BLANCAS. Hasta el patova me miraba y no podía creer porque me estaba dejando afuera. Termine entrando porque soy el número uno. Pero podría haberme quedado afuera.

L´arc es un típico boliche para pasarlo bien ubicado por Niceto Vega como por ejemplo Ink.
El local es muy grande, muy bien ambientado para boliche, con planta baja bastante grande y vips arriba. Se puede ingresar desde las 23 y cenar algo, empanaditas, sushi, pizza, dan bastantes cosas, al menos el día que fui, a un precio bastante accesible. Lo que me llamo la atención es que si una llegaba y cenaba en el lugar antes de la 1 salía más barato que llegar después con una consumición y cuanto más tarde ingresabas más caro era.
La atención en la parte de la cena fue muy buena. Aproximadamente después de la 1 es que empieza el baile en si.
Mucha gente llega a partir de esa hora o a partir de las 3 o 4 de la mañana que es donde el boliche explota a full.

No sé si con 20 años me estoy volviendo vieja de repente y odio los boliches o qué.
Pero Larc no se merece ni una estrellita.
Es el típico boliche en el que se juntan miles de pibes en la puerta rogando entrar, cuando adentro no cabe ni un alfiler.
Y tampoco que sea la gran cosa. El Dj en vez de pasar los temas que están de moda hace remixes interminables de «hits» lo cuál es muy insoportable.
Fuimos por el cumpleaños de una amiga y pasamos todas gratis pero los pibes se quedaron afuera porque uno tenía zapatillas blancas (había pibes con las mismas zapatillas adentro lo que me molestó mucho, pero predominaba el hombre en zapato de vestir.
Si todavía no se dieron cuenta es un antro careta y lleno de gente «cheta». Lleno hasta las pelotas recién a las 3 am no podés ni circular adentro. Razones por las que nos terminamos yendo.
«Son muy estrictos con la admisión de hombres»
Ah si sos mujer y queres ir al baño, espero de todo corazón que no estés una urgencia por que la fila es laaaaaaaaarga

Noche violenta en larc! Estuvo muy buenoo. Fuimos a festejar el cumple de una amiga.
Fue una fiestaaa. Nos regalaron para tomar, baile con gente que ni idea quien era.
El lugar es grande, tiene un vip arriba en un especie de balcon, junto con los baños. Tenes que subir unas escaleritas.
La musica no fue mala. Aunque no me acuerdo muuucho jajaja pero era un mix bien variado de todo.
Nos quedamos hasta las 5:30 am.

L’arc es un boliche palermitano, ubicado apenas pasando Av Juan B Justo.
Es un boliche común, pasan todo lo que «esta de moda» que cumple con el gusto estándar para bailar y enfiestarse. Esta bueno porque va de a bloques que varían a cada rato. Un poco de comercial, otro poco de cachengue, de nuevo otro poco de comercial y así. Nada de electrónica.
La ambientación es muy linda. Lo malo es que hace muchísimo calor. Unos cuantos aires acondicionados mas vendrían bárbaro, porque sofoca bastante y eso hace que te den ganas de irte.

El lugar de las experiencias bizarras.
L’arc es un boliche al cual podés: planear ir, caer de casualidad, o teletransportarte desde un tren de la alegría palermitano.
Realmente no recomiendo arreglar una salida con destino final en L’arc, porque es una pérdida de dinero. Es un lugar para caer. Digo esto, porque si uno simplemente pasa por la vereda de enfrente, las promotras se te tiran encima (literalmente) para regalarte promos, entradas free, precios de grupo, etc etc de lo que te imagines.
Adentro hay un ambiente muy copado, muchos extranjeros traídos de prepo por las promotoras antes mencionadas, música bolichera (bastante variada, aunque me pareció que preponderaba la música electrónica). Si uno cae temprano, pasan las meseras con bandejas de distintos tapeos (sushi, papitas, canapés, sanguchitos) grátis.
La carta de tragos es variada, pero cero calidad. Son bebidas de boliche, no hay mucha preparación con amor y dedicación, digamos.
Edades: me sorprendió lo variado… entre 21 y 50, había de todo.
En resumidas cuentas, es un boliche más. No creo que destaque del resto, por lo cual no lo tendría en cuenta como plan.

El lugar en sí es lindo estéticamente.
Yo hacía mucho q no iba a bailar pero una amiga festejaba su cumple ahi.
Para empezar, se hacen los exclusivos en la puerta y no partan de rebotar gente q esta dentro de los parámetros de las moda y bastante mejor vestida q los públicas. Eso me parece de terror.
Lo q te sirven para comer es bastante malo. El precio de la bebida carisimo!
El VIP muy mal organizado y lo peor es q dice q es para mayores de 25 y crep q los únicos q cumplen con ese requisito son los dueños!
Está lleno de puberes!!!
Si buscas un lugar para ir a bailar no lo elijas, no vale la pena!

Fui a un cumpleaños y la verdad que no iría si no fuera por ese motivo. Apenas llegamos el pública nos vino a decir «de onda» que a los de seguridad no les gustaba el corte de pelo de dos amigos (a pesar de que cumplían con el estrictiaimo dress code del lugar). A la vez el lugar esta estructurado en base a la segmentación, para pasar a todos lados tenes que tener un vip diferente y no podes moverte con tranquilidad por el lugar.
Debo rescatar que la música es divertida: hasta las 3 (aprox) pasan desde Elvis hasta Rihanna y esta bien lograda la transición hasta el reggeton. El lugar es muy lindo, tiene lámparas antiguas sincronizadas y cortinas estilo burlesque, pero la cantidad de vips acota demasiado el espacio.

Es un lugar muy divertido para ir con amigas, o amigos, pero en grupo. Tiene cosas raras como balcones, la iluminación esta copada y saben como poner la musica para que no te embole pasar muchas horas ahí.
Como todo lindo lugar de palermo hay que ir lindo, nada de zapatillas, nada de pantaloncitos rotos.
La entrada promedia entre los 50 y los 100, hay formas de entrar gratis, listas para descuentos, y siempre se puede ir desde bien temprano y pasar sin pagar. La barra tiene los precios promedio de la zona, y la misma calidad promedio de la zona.
Lo bueno, se puede reservar, es ideal para un cumpleaños palermitano con un toque distinto.

Fuimos a L’arc con un grupo de maquilladoras, después de haber trabajado todo el día en unas jornadas de casamientos online. Estaba con la cabeza bastante quemada de estar todo el dia maquillando en un stand. Por suerte, habíamos reservado una mesa y nos pudimos relajar. El lugar es rarisimo, es dificil imaginar desde la entrada, pero es enorme. Tenes que subir unas escaleras, luego bajar otras y te encontrás con un salón inmeso estilo parisino. Hay unos livings para reservas, mesas en toda la pista, balcones con bailarinas tipo burlesque. Sin dudas, lo mejor es el espacio del dj: una pared de pantallas tipo velador vintage, una al lado de la otra, prendiendose a ritmo de la música. El menú muy extraño, primero trajeron unos sandwiches de cerdo y después sushi. No se si fue el hambre que teníamos o que estaba rico, pero arrasamos. Podíamos tomar lo que quisieramos: cerveza, tragos, champagne. Todo por un precio fijo por persona, onda 100 pesos. Estuvimos un rato charlando y después se desarmaron las mesas de la pista y pintó el bailongo. El público es variado, ese día había mucha gente jóven. Te podés sentir medio encerrado para estar toda la noche, pero es un lugar diferente entre tanta oferta de barcitos palermitanos.

No es un boliche al que vaya reeee seguido, pero me encantó las veces que fui. El lugar es bastante grande y cuando entrás, tenés que bajar una escalera hacia la pista y ahí te das una idea las dimensiones del lugar.
Como en todo lugar de Palermo, suele haber muchos extranjeros entre quienes lo frecuentan.
El lugar tiene mucha onda, basta con mirar la decoración (las lamparas con pantalla que se prenden y se apagan detrás de la cabina del dj) o las chicas que salen a bailar en los balcones a los costados de la barra. La música que pasan es muy divertida y esto es, para mí, lo mejor del lugar. En vez de pasarte sólo música electrónica o sólo reggaeton o sólo rock, acá te pasan un poquito de todo, re intercalado. De esta forma, te quedás bailando horas sin darte cuenta.
La clave es tratar de llegar temprano y entrar gratis. La entrada, sino, está a unos 70 pesos, precio un poquito doloroso.