Illegal Burger

La comida tenía que ser demasiado buena para compensar la espera (25′ al menos, con un solo pedido antes que el nuestro en un local prácticamente vacío) y la ambientación, que parece el departamento recién ocupado de un padre divorciado, con decoración penosa, un aire acondicionado viejísimo haciendo un ruido tremendo, el router colgando en una pared y una playlist estilo Aspen. Pero la hamburguesa es minúscula con una carne ordinaria, sin condimento notorio y llena de grasa, y me sirvieron aproximadamente 9 o 10 papas, demasiado saladas (parecería una objeción innecesaria si no fuera porque incluso se ofrece un salero, como si hiciera falta). No cierra por ningún lado, pese a la buena atención.

Es el «Elige tu propia aventura» de las hamburgueserías.
Solo proponen dos hamburguesas «armadas», ya que la idea es personalizarla con lo que vos quieras. Tipo de medallón (carne, veggie, etc), salsas («dijonesa» se ganó un lugar en mi corazón), toppings (cebolla, portobellos, cheddar, etc) y un saludable etcétera. También podes agregarle papas rústicas (buenísimas), batatas o aros de cebolla.
Cada uno de los agregados tiene un precio (que ronda los $ 5 y los $ 10), pero el resultado final no debería ser exorbitante. Yo pedí la armada que trae un medallón de carne, un aro de cebolla, cheddar y algo más, y costó $ 80 con papás rústicas. Vayan con tiempo, ya que fui en pleno mediodía y me avisaron que iba a tardar más de 15 minutos (no había nadie). La ambientación del local no tiene nada en especial, pero se nota que está hecho muy a pulmón, lo cual se aprecia.
No me parece la mejor opción de la ciudad, pero si una propuesta sólida que le da una pequeña vuelta de tuerca con el alto nivel de personalización.

Armas tu propia hamburguesa y menu o bien optas por los combos ya armados. Yo comi un combo tipo mexicano que la hamburguesa tenia guacamole, cebolla, chocolate (si, chocolate!), picante entre otras cosas, una delicia! Al lugar le falta un poco de ambientacion y aun no estaba habilitado el piso de arriba. Lo que si cierran temprano, a las 12 ya no quedaban hamburguesas y hubo gente q tuvo que irse. El precio super accesible, para volver!

Fui con una amiga y compartimos dos sabores distintos para probar. Muy ricas y además podés customizarlas con distintas salsas y agregados por un precio extra. Hay combos y se pueden acompañar con onion rings, papas o batatas fritas. La atención genial y charlamos mucho con el dueño que tiene la mejor onda y sabe bocha de estas cosas (trajo el primer TGI acá, nos contó de su trabajo con Kansas e Itamae). Súper recomendable.

En la misma cuadra donde están dos glorias clásicas porteñas 5-​star rated como El Cuartito y Norte, un cartel de néón con forma de hamburguesa te señala Illegal Burger (juraría que el néón es idéntico al de Burger Joint). El menú es casi idéntico al de 180 Burger del microcentro, partis de una hamburguesa base (lechuga, tomate y una salsa a elección) a $ 45 y de ahí tenes varios ingredientes para agregar a 5 o 7 pé cada uno. Hay varios quesos, huevo, guacamole, cebollas caramelizadas, bacon etc. Hay papas o batatas y creo que aros de cebolla también no me acuerdo. Vamos al resultado, la hamburguesa bien, a la plancha, buen sabor pero no me mató. La hamburguesa es alta, generosa. El pan, normal. Muy buena la salsa garlic mayo. Me gustaron mucho las papas, con algo de cáscara, no todas, y como me gustan, largas y tirando a gruesas, cero aceitosas. Lo que no me gustó mucho es el local. Es un local viejo donde se nota que hubo un bar viejo. Está el mismo mostrador y las molduras de madera originales y la escalera q va al primer piso es dorada. Lo pintaron y le pusieron mesas altas comunales y el pizarrón del menú con lo que queda una modernización que se nota hecha a medias y como a las apuradas. A favor, hay buen aire acondicionado y el wifi funciona muy bien.

Estabamos jugando unas partidas de Heroes of the Storm, cuando Juan (También conocido como Vinzo en el mundo virtual), mi último compañero de la hamburguesa, me habló de un mágico lugar. Un lugar en tribunales dónde conseguiría una hamburguesa mejor que la última que comimos en el legendario 180 Burger Bar.
Este lugar se llama Illegal Burger.
Después de la última grata experiencia no podía hacer más que confiar en su palabra, así que tras poner fecha y hora, nuestra cita estaba confirmada.
FAST FORWARD: 2 DÍAS.
Era un jueves muy caluroso con más humedad que tu suegra mientras lee 50 Sombras de Grey. Decidimos encontrarnos en la esquina del lugar y dirigirnos a la hamburguesería.
Una vez adentro, nos volvimos a encontrar con una pizarra escolar, que ya parece una moda entre este tipo de local de comida, y en ella nuestras opciones. Muy parecido a 180, Illegal Burger ofrece una hamburguesa, una salsa, cuantos aditivos querramos y la opción de papas o batatas.
Siendo todo tan parecido a nuestro último destino, decidí pedir lo mismo. Hamburguesa con salsa Garlic mayonnaise (Reemplazando la mayochimi), queso provolone, huevo a la plancha y panceta. Como de costumbre esta última no podía faltar ya que todo en la vida es mejor con panceta.
Nos pidió el nombre y fuimos a sentarnos en nuestra mesa esperando la comida.
Mientras lo hacíamos, Juan me comentaba un poco del lugar y la experiencia. Abierto hace 2 meses, Juan, el dueño del lugar, venía probando distintas combinaciones de panes y hamburguesas para lograr el mejor paty de Buenos Aires y que, el pan que había logrado, era una aventura por sí misma.
Finalmente nos llamaron y nos entregaron lo que tanto esperábamos y el impacto visual fue la primer de varias decepciones entregadas por este lugar.
Juan se acercó con los platos y frente a mi había una hamburguesa destapada dónde arriba del huevo se encontraba la fetita de panceta mas triste que vi en mi vida. No solo era super finita, casi transparente, sino que estaba mas sola que pan triste en el día del amigo.
Mientras Vinzo apoyaba los platos y yo me decepcionaba con la vista, no tardaba en aclarar que aquellos NO eran los panes que él había comido.
Con todas esta situación frente a mis narices decidí cerrar los ojos y dar el primer mordisco pensando para dentro «Qué sea lo que dios quiera».
Ese día Dios no quería nada bueno para mi.
Salvo las papas. Las papas estaban bastante buenas, y las batatas del señor Vinzonet también parecían estarlo (Para aquellos degustadores de la papa dulce, que no es mi caso).
Finalmente llegó el momento de describir este bistec de carne picada.
El pan, al contrario de las promesas de Vinzo, no era más que un pan mediocre. Lo que se dice AVERAGE. No me decía nada bueno ni nada malo. El sabor estaba okey, y la textura era algo normal para un local de comida.
La panceta… ah, la panceta. Mi mayor decepción. En mi vida me sirvieron una hamburguesa tan triste como ésta, y esa tristeza se la dió aquel intento de panceta. Creo que ni en las cadenas de comida rápida, en un mal día, me servirían algo así. Entonces, ¿Porqué vos Illegal Burger, que se supone que sos chévere, lo haces?
El huevo en sí mismo estaba óptimo y la compañía de la mayonesa de ajo junto con el provolone lograba una muy buena combinación, siendo este uno de lo únicos puntos destacables de este paty.
Lo que nos lleva a la carne. La carne me provocó sentimientos encontrados. Por un lado estaba muy bien condimentada y tenía buen sabor, mientras que por otro la textura apestaba, además de que estaba media seca.
Mordisco a mordisco sentía, dentro de mi hamburguesa, pequeños pedacitos duros que podrían ser alguna grasa dura o algún nervio de la carne, que arruinaba toda la experiencia otorgada por el sabor.
Lo único que me dejó la hamburguesa, y es lo que les transmito a ustedes, fue la sensación de que si la gente de Illegal Burger está tras la hamburguesa perfecta, todavía estan muy lejos de encontrarla.
ILLEGAL BURGER
QUÉ ONDA: Hamburguesería relativamente nueva en la zona de tribunales.
LO BUENO: Las papas, la mayonesa de ajo y el condimentado de la hamburguesa.
LO MALO: El pan era mediocre, la panceta era tristísima y la carne tenía una textura que deja mucho que desear.
PUNTAJE: ⁶⁄₁₀.